En el capítulo 6 del libro de Mateo, Jesús habla acerca de la ofrenda, habla acerca de la oración, y habla acerca del ayuno, justo antes de hablar acerca de los tesoros. Un tesoro es algo que está almacenado, y que tiene valor. El tener salud es un tesoro. Un buen matrimonio es un tesoro, nuestra familia, los hijos, nuestra casa, nuestro negocio, nuestra iglesia, todos son tesoros que debemos guardar. Son cosas importantes que tienen valor.
Y la escritura, en Mateo capítulo 6, nos habla específicamente de dos clases de tesoro: El tesoro en la tierra, y los tesoros en el cielo. Esta escritura nos dice qué sucede con tesoros en la tierra, y con tesoros en el cielo, hablándonos de elementos que destruyen esos tesoros terrenales, mostrándonos que, por causa de esos elementos, esos tesoros no son permanentes, sino que tienen fecha de expiración.
Uno de esos elementos es la polilla. Cuando vamos al texto en el original, se está refiriendo específicamente a la polilla que se come y destruye la ropa. En los tiempos bíblicos, la ropa representaba parte del tesoro de la persona. Por eso, los soldados echaron suertes sobre la ropa de Jesús y, dice la Biblia, que aquella ropa era de una sola costura, queriendo decir que era una ropa muy costosa. Además, la ropa representa cobertura. Fue con ropas que Dios cubrió a Adán y a Eva, luego de su pecado.
La ropa tiene una particularidad, y es que un pequeño desperfecto daña la pieza completa. Muchos de nosotros tenemos alguna pieza de ropa que ya no nos ponemos porque le falta un botón. La polilla no tiene que hacer mucho daño para destruir. Con tan solo un poco, daña todo.
El segundo elemento que nos menciona la escritura es el orín. En el original, la palabra que se usa significa comer, refiriéndose a una especie de moho. Y el moho lo que hace es eso: comer. El moho se come un vehículo, se come una nevera.
Un tercer enemigo que tienen los tesoros de la tierra son los ladrones. Y el ladrón viene a hurtar.
Una de las constantes que vemos en esos elementos que atacan a esos tesoros de la tierra, es que atacan su durabilidad. Problemas sociales como la criminalidad, el divorcio, la drogadicción, mayormente van dirigidos a atacar las familias, atacando específicamente su durabilidad.
Y esa es precisamente la diferencia entre un tesoro del cielo y un tesoro de la tierra; no el tesoro en sí mismo, sino su durabilidad.
La Biblia tiene muchas comparaciones de las condiciones del cielo y de la tierra. Mateo 6 nos dice que hay tesoros de la tierra, hay tesoros del cielo, y nos dice lo que le pasa a los tesoros de la tierra. Y la Biblia comienza con un contraste entre el cielo y la tierra. En Génesis 1, dice que en el principio creó Dios los cielos y la tierra, y nos añade que la tierra estaba desordenada y vacía. En estas dos escrituras está pasando lo mismo. Ambas nos hablan de los problemas que reporta la tierra. Mateo capítulo 6 nos dice que no nos hagamos tesoro en la tierra, y nos dice por qué, nos dice lo que le pasa al tesoro de la tierra. En Génesis capítulo 1, nos dice que la tierra estaba desordenada y vacía, y no se nos reporta problemas en los cielos. El tesoro del cielo no reporta problemas, y en Génesis 1, la condición del cielo no reporta problemas.
Ninguno de los elementos creados en Génesis 1 es abstracto, sino que son concretos. Algo concreto es algo que se puede ver o tocar. Cuando Dios decidió que la tierra no podía seguir desordenada y vacía, todo lo que creó fue concreto. Todo lo que Dios creó fue material, y lo ubicó en la tierra.
Muchas veces le hemos dado definición de material a lo que son las casas, los lujos, las prendas, las cosas que no necesitamos para vivir, o sea, a lo que no es aire, alimento, agua; cuando en realidad, todo lo que Dios creó fue material. Todo lo que ocupa un espacio es materia y, por lo tanto, es material.
Dios resolvió el problema de la tierra en el Génesis, con cosas materiales. Y esas cosas que Dios creó han perdurado toda la vida.
Dios no tiene problema, con resolver tú problema, con cosas materiales. Y, cuando algo es de Dios, tiene durabilidad.