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Disfrutemos la Navidad

Muchas veces celebramos eventos y no conocemos el propósito por el cual celebramos. Esto puede estar pasando con la Navidad. Se invierten millones de dólares en promover la navidad y no estamos conscientes que el propósito de la navidad es la celebración del nacimiento del niño Jesús. Navidad es: Emanuel, Dios con nosotros.

El Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz, El hijo de Dios, que vino al mundo para reconciliar al hombre con Dios. El regalo más grande que hemos recibido es el nacimiento de un niño que es engendrado por el Espíritu Santo.

El espíritu de navidad debe ser uno de alegría, de armonía, de amor y de Paz. Debemos dar gracias a Dios por la oportunidad que tenemos de celebrar la navidad junto a nuestros familiares, en un ambiente lleno de amor y fraternidad. La navidad es una excelente época para perdonar. De la misma manera que nuestras ofensas y pecados fueron perdonados.
El perdón es un elemento que produce sanidad. Cuando perdonamos nos liberamos, dejamos salir la amargura, el resentimiento y el odio. Estos sentimientos, son dañinos nos atan, nos enferman el alma y nos nubla el gozo que debemos sentir por ser libres e hijos de Dios.

Esta época del año ofrece una excelente oportunidad para meditar analizar y visualizar ¿En dónde estamos?, ¿Qué hemos realizado, y que cambio debemos de hacer para mejorar nuestra calidad de vida? A menos de una semana para que termine este año y comience el 2016, tenemos una excelente oportunidad para revisar nuestras metas.

Preguntarnos: ¿Cómo estamos en nuestra área física, familiar, espiritual, profesional y financiera? Cuando tenemos una radiografía exacta de las áreas que debemos mejorar nos entra un espíritu de lucha, de expectación positiva y motivación que nos da significado para vivir mejor. Éste puede ser un tiempo excelente para tomar control sobre nuestra propia vida y hacer aquello que verdaderamente es importante.

De todo lo que representa esta época del año, el amor y la confraternidad que se respira entre nosotros es lo que más nos debe motivar. El amor esa fuerza que cura nuestras diferencias, es la fuerza que nos alimenta el deseo de vivir y nos ayuda a enfrentarnos los momentos difíciles que tenemos que vivir.

Del amor que hablo es el amor de Dios, que produce una tranquilidad, una templanza, paz profunda en el interior de la persona. Exploremos el verdadero sentido de las fiestas navideñas y rescatemos el espíritu cristiano de ésta temporada.

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