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Dios va a bendecir la Iglesia que hace obras de evangelismo

Vemos aquí una cosecha tremenda que estos hombres -que están fluyendo en la revelación de Dios- disfrutan. Cuando uno se mueve en el poder de Dios y está haciendo la Voluntad del Señor hay gran bendición, hay gran cosecha para nosotros.

Dios quiere un tiempo de refrigerio para la Iglesia de Jesucristo; un tiempo de abundancia, un tiempo de provisión espiritual, un tiempo de prosperidad inclusive y eso es lo que viene en este tiempo para los hijos de Dios. Son tiempos de gran, gran disfrute de la provisión divina tanto a nivel material como a nivel espiritual.

Y estos hombres pues tienen su momento, fíjese que la vida de ellos fue cambiada radicalmente. Dios les permitió a estos hombres guardar estas cosas y su vida fue cambiada. Me imagino que pudieron vivir cómodamente a pesar de su lepra pero pudieron vivir ricamente por el resto de sus vidas porque fueron los primeros en cosechar de esas primicias de la bendición de Dios.

Pero entonces surge algo interesante y es que después que ellos comen y se sacian, atesoran Sus bendiciones en el versículo 9 dice: «Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva y nosotros callamos y si esperamos hasta el amanecer nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues ahora, entremos y demos la nueva» la noticia «en casa del Rey.»

De momento como que estos hombres recapacitan, dicen: espérate. Estamos aquí comiendo, bebiendo, disfrutando de esta riqueza y allá en el otro lado nuestra gente en Samaria están muriéndose de hambre en una pobreza extrema, no estamos haciendo bien. Tenemos que compartir la noticia de lo que ha pasado aquí y compartir con ellos esta abundancia que ha surgido inesperadamente.

Y yo creo que aquí vemos una imagen también de algo muy importante y es que nosotros estamos llamados en este tiempo a anunciar que en Cristo Jesús hay esperanza, en Cristo Jesús hay poder para resolver las necesidades de los individuos y también las necesidades de las ciudades y las naciones. Y no es el tiempo para callar las verdades del Evangelio. Es el tiempo para ser atrevidos y clamar desde las azoteas de que Dios ama la humanidad y que tiene grandes propósitos para las naciones en este tiempo y que Él quiere reconciliarse con la humanidad y que no quiere destruir sino que quiere bendecir y dar vida.

Este es el mensaje que nosotros tenemos que estar anunciando en este tiempo. Dios va a bendecir la Iglesia cuando la Iglesia comience a hacer obra de Evangelismo y se de cuenta de que el mayor llamado es el que nosotros tenemos a anunciar las buenas nuevas del Evangelio. Este es el tiempo de estar declarando las buenas nuevas de Dios y creyendo que al hacerlo vamos a tener una gran cosecha de almas.

Tenemos que hacer como dijo Pedro cuando el Señor le dijo: Echa las redes para pescar y Pedro le dijo: las condiciones no parecen las mejores para pescar pero en Tu Palabra yo echaré la red y habiéndolo hecho recogió una gran multitud de peces. Si nosotros nos lanzamos a predicar el Evangelio en este tiempo de mover poderoso de Dios, si no callamos como los leprosos hicieron inicialmente y en vez de esto compartimos la buena nueva de que Dios quiere bendecir la humanidad cuando se arrepientan y busquen de Él Dios nos va a bendecir a nosotros también.

Fuente:
predica.org

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