Jonás 1:1-16: “Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Dios”.
Ser un verdadero cristiano es tener una vida de obediencia a Cristo, un arrepentimiento genuino de nuestros pecados, haber nacido de nuevo espiritualmente, por haber puesto nuestra fe en el Hijo de Dios, y servirle por agradecimiento, dando por gracia lo que por gracia hemos recibido, la salvación de nuestra alma.
Muchos fundamenta su vida cristiana en la asistencia dominguera a una iglesia y nada más, y lo peor de todo es que creen que son salvos. La salvación es una experiencia personal con el Hijo de Dios, Jesucristo, quien vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
El verdadero cristiano tiene la gran responsabilidad de predicar el evangelio, por los medios que Dios ha puesto a nuestro alcance: Personalmente, por tratados, a través de los medios de comunicación, por campañas evangelistas, las cuales escasean en estos tiempos, y a través de la Internet.
Pero ahora, se está predicando un mensaje distorsionado, a conveniencia y a cargo de pastores apóstatas, para complacer a sus oyentes. No se les habla de arrepentimiento, del pecado, del advenimiento de Cristo y de vivir una vida de santidad, agradable a Dios, pero se hace mucho énfasis en el evangelio de la prosperidad, para que vivan cómodamente en Tarsis, como quería Jonás.
Sin embargo, en la porción bíblica que citamos arriba, vemos el gran interés de Dios por advertir de sus pecados, con el propósito de salvar, aun a las naciones paganas si se arrepienten. Para esta obra Dios tenía un plan y también su hombre, Jonás. Este especial profeta vivía en la ciudad de Gat-hefer una villa a unos seis kilómetros al norte de Nazaret. Profetizó en los días de Jeroboam II (2 Reyes 14:25).
Jonás fue comisionado por Dios para ir a Nínive, la orden que recibió fue: «Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.. Pero él en lugar de obedecer a Dios decide huir. (Jon. 1:2-3). Jonás, significa «paloma» (por lo que vemos, no de las mensajeras).
Hoy, como en los días de Jonás, Dios tiene un plan para salvar al mundo, un mensaje redentor que todo el mundo debe oír, el evangelio. Todo cristiano tiene un importante lugar, como mensajero, en este plan de Dios. La orden que tenemos es: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado» Somos el «…pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…» (Mr. 16:15-16 1 Ped. 2:9). Estamos en la misma condición de Jonás ¿Cuál es nuestra actitud? ¿Nos parecemos a Jonás?
Hagamos Una Comparación. A Jonás, el juicio que vendría sobre la gran ciudad de Nínive no le preocupó. ¿Nos preocupa a nosotros el estado perdido de nuestros familiares, amigos y vecinos? ¿Qué estamos haciendo para advertirle de su condición sin Dios? (Rom.3:23).
Jonás estaba dispuesto a servir a Dios, pero no en labores tan complicadas, por eso huyó. ¿Estamos más preocupado por nuestra comodidad que de las almas perdidas, por las cuales también Cristo murió? ¿Qué esfuerzo hacemos para cumplir las órdenes de nuestro Señor? La incógnita es una manera de huir.
Jonás no estaba dispuesto a sacrificar la comodidad de su religión. ¿Ir a Nínive y pregonar que serían condenados por sus pecados? ¿Decirles que se arrepintieran? ¡Eso es muy peligroso!
Es cómodo tomar la Biblia e ir a los servicios de la iglesia cada domingo. Pero ¿eso de acompañar a los hermanos a evangelizar? ¿Decir a los amigos y familiares que están perdidos? ¡Es muy complicado!
Jonás durmiendo, mientras los paganos de rodillas rogaban a sus dioses (Jon.1:6). Los grupos sectarios invaden plazas y calles con un evangelio distorsionado, mientras muchos cristianos duermen. Hermanos vivimos en un mundo que está muriendo perdido. ¿Qué haremos? ¿Seremos como Jonás, en buscar como escapar de nuestro deber?
¿Nos Parecemos A Jonás? Finalmente, después de muchas dificultades, Jonás muestra un cambio de actitud. «Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová» (Jonás 3:3). Dios también espera un cambio en nosotros.
En esta vida, no hay nada que satisfaga más el alma que el trabajo que hacemos por el Señor. «Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.» (1 Cor. 15:58).
¡Cuántas de las cosas que hacemos con gusto y a menudo resultan en trabajo vano! Gracias a Dios, porque cuando hacemos lo que Él pide de nosotros, ¡no trabajamos en vano!
A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies», Mateo 9:37-38.