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Dios te Revive para que Tú te Regocijes

Estás a tiempo para unirte a este tiempo de avivamiento en el que estamos viendo ya los testimonios de lo que Dios está haciendo.

En Lucas 4, luego de Jesús predicar por primera vez la primera palabra en la sinagoga, allí no lo recibieron, y Jesús les dice claramente: no hay profeta acepto en su propia tierra.  Y les dice: se acuerdan en el tiempo de Elías?  Había muchas viudas, pero una recibió el milagro.  En el de Eliseo?  Había muchos leprosos, pero uno recibió el milagro.  Todos los que recibieron al profeta, solo esos recibieron el milagro.  Eso es lo que hemos llamado un avivamiento personal.  A veces, estamos esperando que el mundo cambie, que la sociedad y la cultura cambien, para entonces nosotros experimentar ese avivamiento en nuestras vidas, esos milagros en nuestras vidas.

Tu economía no depende de lo que pase en el mundo, tu sanidad no depende de la vacuna ni de la solución que el mundo pueda tener; lo que ocurre en tu casa, en tu hogar, no depende de lo que el gobierno haga o no haga por ti.  Hoy tú puedes creerle a Dios por un avivamiento personal.  Regístrate en otonielfont.com/enciende y únete a nosotros en este tiempo.

En el libro de Salmos se nos muestra la perspectiva de los salmistas respecto a lo que estaba viviendo el pueblo de Israel en aquel tiempo, la esperanza del pueblo acerca de aquello que estaban esperando que ocurriera.  Así como cierta música refleja lo que sucede en la sociedad, o es una expresión del artista al respecto, así también los salmos.  La música transmite ese pensar, ese sentir; los poemas, los libros que escriben, las obras de teatro, las películas de cine son un reflejo de cómo este grupo de personas ve la sociedad.  Así también podemos mirar el libro de Salmos y poner en perspectiva muchos de los detalles que vemos.

Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la cautividad de Jacob. 2 Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; todos los pecados de ellos cubriste. Selah 3 Reprimiste todo tu enojo; te apartaste del ardor de tu ira. 4 Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, y haz cesar tu ira de sobre nosotros. 5 ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? 6 ¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti?”  Salmos 85:1-6

Esa expresión darnos vida, en la versión en inglés, es la palabra revive.  ¿Nos vas a revivir?  ¿Nos vas a dar un avivamiento otra vez?  ¿Nos harás vivir otra vez para que tu pueblo se regocije en ti?

7 Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación. 8 Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura. 9 Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra. 10 La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. 11 La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos. 12 Jehová dará también el bien, y nuestra tierra dará su fruto. 13 La justicia irá delante de él, y sus pasos nos pondrá por camino.”  Salmos 85:7-13

El salmista está expresando lo que es el proceso de la obra de Dios en la vida del pueblo, y comienza a reflexionar: has perdonado la iniquidad del pueblo, has hecho todas estas cosas; remitiste tu enojo, has comenzado a obrar en favor del pueblo; ahora la pregunta es ¿nos puedes revivir?  ¿Puedes darnos vida otra vez?  ¿Puedes revivir nuestro interior?  Puedes darnos vida para que nos regocijemos en ti?  Eso es lo que le estamos pidiendo a Dios durante este tiempo.

Y la respuesta es que sí.  Dios puede revivirte, darte una avivamiento personal en tu casa, en tu hogar para que te regocijes en el Señor, para que disfrutes y puedas tener alegría.

Una de las razones por las que surgió este tiempo de conexión en Enciende, es que luego de un tiempo de oración hace unos meses, luego de un tiempo de reflexión y meditación en la palabra, luego de observar el ánimo de nuestro pueblo, luego de ver las altas y bajas emocionales aun de personas cercanas, decidimos que no podemos terminar este año de esta manera, no podemos terminar el año con una iglesia sin pasión, sin fuego.  Por lo general, cuando en la iglesia evangélica hablamos de fuego, pensamos en la manifestación del Espíritu Santo únicamente en el aspecto de hablar lenguas y de ciertos sentimientos que muevan las emociones; pero la realidad es que las emociones son lo segundo que debe pasar, no lo primero.  A veces, hay quienes van a un culto, a un servicio, y sus emociones se conmueven, son inspiradas, y entonces concluyen que ahí estuvo el Señor, pero la realidad es que cuando esas emociones bajan, si la llama no está en el interior, todo se pierde.

El salmista está diciendo: revívenos para que podamos gozarnos en ti; haz algo en nuestra vida que provoque que nos podamos gozar en ti.  Es probable que, si estás casada, tu esposo haya visto las olimpiadas o que vea algún deporte en particular, y que ahora decida ponerse a hacer algún deporte.  Comienza la temporada y se emociona, compra la pelota, el equipo; pero tú sabes lo que va a pasar, la emoción se va a pasar y cuando llegue otro deporte va a volver a comprarlo todo.  En tu casa, probablemente, tienes equipo para todos los deportes de las olimpiadas; bicicletas, pelotas, etc.  Porque en cada momento que hay una emoción, hacemos algo, pero cuando la emoción se va, todo se apaga.  Pasa también con la disciplina de hacer ejercicio, de hacer dieta.  Te emocionas, ves una máquina que piensas que puede dar resultado y la compras, estás emocionado unos días y ya luego se pasa la emoción, tienes la máquina ahí tirada y no hay ningún tipo de resultados.

Lamentablemente, así pasa a veces en la iglesia porque viene el avivamiento para muchos de afuera hacia adentro, no de adentro hacia afuera.  De momento llega alguien a la casa de Dios y hay un culto emocionante, impactante; tenemos un invitado que Dios usa, o al mismo pastor Dios le dio una palabra ese día; quizás ese día los músicos escogieron la canción correcta que tocaría tu corazón o el de la iglesia, de una forma especial.  Dios comienza a hacer algo en ese instante y tus emociones son movidas.  De repente sales de la casa del Señor y ahora cuando todo bajó, no hay nada que sostenga esa experiencia por mucho más tiempo.  Y vuelves otra vez a tener esa experiencia de sube y baja, y vuelves a tener esa conciencia en tu mente y en tu corazón de que Dios está haciendo algo, de que Él ha hecho algo, pero esa llama no se ha encendido realmente en tu interior.

En los próximos días, en las próximas semanas, te daremos ideas y pensamientos de la palabra para que se encienda esa llama permanente en tu vida, en tu interior permanentemente, para que puedas reaccionar a esa llama, a esa experiencia, de forma especial y particular, de modo que ese fuego permanezca en ti y sea más que una simple emoción de una temporada, de un momento, de un instante.

Le hemos pedido a Dios que nos dé un avivamiento personal.  Pregúntale al Señor hoy: Señor, ¿podrás revivirme?  Podrás darme vida otra vez?  Podrás darme del interior esa fuerza, esa alegría, esa pasión, esa fuerza en el Espíritu para yo poder permanecer firme, apasionado, en esta continuidad de este avivamiento personal donde yo pueda ver tu mano poderosa obrar en favor mío día tras día?  Señor, ¿podrás darme esta experiencia?  Creemos que Dios puede hacerlo, y eso es lo que le estamos pidiendo.

Estamos creyendo que, aunque el mundo no cambie, tu mundo va a cambiar.  Aunque por ahora las circunstancias de tu país no se vean muy buenas y por los próximos años no veas futuro naturalmente hablando porque el país está sumergido en tantos problemas, en tu vida, viene un cambio, a tu casa viene un cambio.

No permitas que lo que está pasando detenga tu fe y te haga pensar que el cambio a tu vida llegará cuando llegue ese cambio naturalmente.  ¿Y si no llega?  ¿Y si no pasa?  ¿Y si no ocurre?  En tu casa va a haber avivamiento, va a haber un milagro.  Los tuyos no se van a perder, van a ser libres, serán salvos, transformados.  Tú y tu casa servirán a Jehová.  Ten este avivamiento personal y créele a Dios que viene esta nueva temporada para tu vida.

Fuente:
Pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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