Yo soy un fiel defensor que Dios es puro amor y misericordia, de hecho en cada mensaje que escribo trato de reflejar a Dios como ese Dios de amor, gracia y misericordia, pero eso no significa que en momento determinado ese mismo Dios lleno de Amor también por el mismo amor que nos tiene nos discipline.
La Biblia dice: “Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni te enojes cuando te corrige. Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite.” Proverbios 3:11-12 (Nueva Traducción Viviente). En pocas palabras Dios también puede corregirte y esa corrección a veces puede ser dolorosa y puede causar que nos enojemos o a veces la rechacemos, pero si Dios nos va a disciplinar o a corregir siempre será por nuestro bien.
Yo tengo dos hijos, Valentina de un año cuatro meses y Uziel de Cuatro años y cuatro meses. Uziel es muy buen portado, su comportamiento es ejemplar, pero aun con su buen comportamiento a veces he tenido que disciplinarlo, quizá no con golpes o varas, pero si con ciertas prohibiciones que me han dolido en el corazón hacerlo, pero que lo he soportado por amor a él, para que sea un hombre de bien en el futuro.
No voy a dudar que siempre que corrijo a mis hijos en algo, me duele el corazón como no tienen una idea, es que los amo tanto que no quisiera tomar ciertas decisiones, pero comprendo al mismo tiempo que si no lo hago lejos de hacerles un bien, les hare un mal y no estaré cumpliendo con mi papel de padre. Así que aunque me duele y no quiera hacerlo a veces tengo que disciplinar o corregir a mis hijos, quizá ellos no lo entiendan y lloren en algunas ocasiones, pero sé que ese momento de corrección quedara en sus mentes para que la próxima vez que hagan algo indebido piensen en la consecuencia que tendrá.
Pienso que a Dios quizá le duela a veces corregirnos de formas que nosotros sentimos que son fuertes, pero aun con el dolor de su corazón lo hace, porque sabe que es lo mejor para nosotros, porque sabe que hay limites y que esos limites al ser sobrepasados pueden llevarnos a la perdición, por eso Dios, aunque no quisiera hacerlo, nos corrige o nos disciplina y lo hace por amor, por nuestro bien, por un mejor futuro para nosotros.
Quizá las últimas semanas has sentido la corrección de Dios en tu vida, quizá ibas rumbo al camino equivocado y has sentido como Dios ha tensado la cuerda con la que te tiene amarrado para no dejarte ir lejos del limite establecido. Como dice la Palabra: “Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los atraje hacia mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer” Oseas 11:4 (Dios Habla Hoy).
Paradójicamente deberíamos sentirnos contentos cuando Dios nos corrige o nos disciplina, porque cuando lo hace esta mostrando su interés por nosotros y nos está preparando para ser mejores hijos de Él.
No te resientas con Dios por su disciplina, no pienses que no te ama solo porque a veces te corrige, y si la corrección o disciplina del Señor duele, entonces ¡Mejor!, porque estoy seguro que la próxima vez que vayas rumbo al camino equivocado recordarás la corrección que recibiste del Señor la última vez que decidiste de esa misma forma.
Si hay alguien que realmente te ama, ese es DIOS, y Él hará cualquier cosa para hacer de ti una persona de bien, un bueno hijo de Él, alguien que refleje la imagen de Dios en su vida y si lo que se necesita para ello es corrección o disciplina, entonces no lo pensara dos veces, lo hará porque en primer lugar sabe que eres lo suficientemente fuerte para soportarla y segundo porque esa disciplina o corrección te hará tanto bien que no volverás a ser el mismo.
¡Acepta la disciplina del Señor tanto como aceptas su Amor Incomparable!