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Dios se va a encargar de ti

En Mateo 6, vemos parte del mensaje del Señor de las bienaventuranzas, lo que conocemos como el sermón del monte.

19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21

El Señor lo que está diciendo es: No te concentres en las cosas naturales, en lo que está pasando en el mundo natural; en la tierra, las cosas se corrompen, se dañan, se pierden; haz tesoro en el cielo, mira hacia arriba y espera en el Dios Todopoderoso, porque es él quien trae la solución para tu vida.

Pon tu mirada en las cosas del cielo. De lo contrario, Jesús habla de tres cosas que van a pasar en tu vida.

22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? Mateo 6:22-23

Lo primero que se daña cuando no haces tesoros en el cielo, es que se daña tu visión. Si no descansas en que es la economía del Dios al que le sirves la que te prospera, se va a dañar tu visión. Ves a tu país en tinieblas, no porque lo esté, sino porque tu ojo está en tinieblas, porque no has hecho tesoro en el cielo.

24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24

Este verso no habla únicamente de los ricos, sino de aquellos que están obsesionados con el dinero, de aquellos que piensan que el dinero es su única salida para todas las cosas, sin darse cuenta que tienen un Dios a quien le sirven, y que no pueden estar sirviéndole al dinero. Hay quienes se mudan de país, no porque sea más seguro, sino porque creen que en otro lugar hay más dinero. No solo hay ricos que le sirven a las riquezas; hay pobres que le sirven más a las riquezas que muchos ricos, porque lo único que gobierna sus vidas es su situación económica. Cuando no haces tesoro en el cielo, viene a tu vida la controversia de a quién vas a servir.

Y lo tercero que llega a tu vida son el afán y la ansiedad acerca de qué vas a comer, a beber y a vestir. Y Jesús dice: 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Cuando no has hecho tesoro en el cielo, llega a tu vida el afán de cómo vas a vivir, de cómo va a estar tu futuro, de que tus planes no van a funcionar. No hay nada malo con planificarse financieramente; el afán es cuando te planificas, pero crees que tus planes no van a funcionar, porque tu fe es infructuosa, porque el afán te ha estado gobernando.

¿Quieres sentir el Espíritu Santo? Deja el afán. ¿Quieres que Dios te hable? Deja el afán. ¿Quieres crecer espiritualmente? Deja el afán; deja de estar preocupado, desesperado por lo que va a pasar. No se trata de que seas irresponsable o que malgastes, sino que tiene que haber plena confianza en el Dios al que tú le sirves.

Jesús lo que estaba diciendo es que tú tienes un Padre en los cielos, y él se va a encargar de ti. Tienes que estar seguro que tu Padre se va a encargar de que mañana tú tengas. Tienes que estar seguro de que mañana va a haber. Mañana habrá también problemas, pero, para cada problema, tu Padre que está en los cielos se va a encargar de ti y va a hacer algo para ti, te va a prosperar, te va a bendecir, y te va a dar victoria.

Mañana tendrás qué comer y qué vestir, no porque hayas hecho planes, sino porque le sirves a un Dios que tiene cuidado de ti. Si tiene cuidado de las aves, él va a cuidar de ti. Pase lo que pase allá afuera, él te va a abrir una puerta a ti. Tú lo que tienes es que dejar el afán; seguir trabajando, seguir creyendo, esforzándote; pero no vas a dejar que nada te gobierne. Dios te va a suplir. Él se va a encargar de ti.

La solución para tu país no es dinero. La solución para tu país es Dios. Y, si la gente cree en Dios, el dinero va a llegar. Tienes que creerle a Dios. El Dios que te puede prosperar en otro país, te puede prosperar en el tuyo. Dios va a suplir tus necesidades, te va a abrir una puerta. Haz tesoro en el cielo, y verás cómo el afán desparece de tu vida, y toda tu vida va a ser transformada.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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