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Dios Reta tu Estatus Quo

En Génesis 17, Dios le dice a Abraham que le va a dar un hijo con Sara, y Abraham se ríe y dice: Ojalá Ismael viva delante de ti.  Podríamos pensar que esa respuesta denota duda, pero cuando vemos la respuesta de Dios, vemos que ese no es el caso.

“Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac;[d] y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. 20 Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación.”  Génesis 17:19-20

Dios le dice: Te he oído, y yo voy a cuidar de Ismael.  Así que podemos entender que esa expresión de Abraham lo que quiso decir fue: Te creo lo que me estás diciendo, y pido que hagas algo por Ismael.  Por eso, Dios le dice: Voy a bendecir a Ismael también.  En el capítulo siguiente, a través de mensajeros, Dios le repite a Abraham que le va a dar un hijo, pero esta vez Sara estaba escuchando, y se rió.  Sara tiene, aparentemente, la misma reacción que Abraham.  Pero Dios reaccionó de manera diferente.

13 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.”  Génesis 18:13-14

Los dos tienen la misma reacción, pero una respuesta diferente de parte de Dios.  Dios no señala a Abraham ni le cuestiona: ¿Por qué te reíste?  Pero sí lo hace con Sara.  ¿Por qué?  A Abraham, Dios siguió confirmándole su pacto, pero a Sara le cuestionó por qué se había reído.  Dios pretendía que dejaran de pensar y comenzaran a soñar; que comenzaran a mirar al futuro y dejaran de razonar lo que Dios quería hacer con ellos.

Hay una expresión, el estatus quo, que por lo general se utiliza derrogativamente, para menospreciar a alguien.  Lo que significa esta frase del latín es: Estado del momento actual.  No dice que sea positivo ni negativo.  El estatus quo lo que dice es: Esto es lo que estamos viviendo ahora; esto, sin carga emocional negativa ni positiva, sino describiendo el momento actual.  Pero, por lo general, lo usamos como para referirnos a un estancamiento, a un estado negativo del que no podemos salir.  Es una forma de decirle a alguien que no está haciendo lo que tiene que hacer, una forma de ponerle un poco de presión.  Por lo general, no hablamos del estatus quo de forma positiva.  Pero el estatus quo de muchas personas, de acuerdo a Dios, no es una situación negativa, sino el bienestar que tienen.  El estatus quo para Abraham era que él tenía ya un hijo, así que él no tenía que creer por el hijo que Dios le iba a dar.  Siempre vemos el estatus quo como una persona que está acostumbrada a las dificultades de la vida, a los problemas, y lo menospreciamos, diciendo: Esa persona se quedó atrás, conforme, y no quiere salir.  Pero estatus quo para ti puede ser que, como estás bien, como tienes un Ismael en tu vida, no aspiras a lo nuevo de Dios.  Y el estatus quo tuyo es igual de malo que el estatus quo de aquel que se ha conformado a los problemas y dificultades de la vida.

Y, muchas veces, Dios llamó a hombres, no del estatus quo negativo, sino de un lugar de bienestar, para cosas más grandes.

Cuando Dios saca a Abraham de casa de su padre y de su parentela, Abraham ya era rico.  En Génesis, se nos dice que le tomó días salir, porque tuvo que recolectar todo lo que tenía.  Así que, cuando Dios lo llama para que salga del estatus quo, no lo está llamando de un lugar de pobreza, sino de uno de riqueza, diciéndole: Yo tengo algo más grande para ti.  Así que, Dios reta tu estatus quo, no porque estés mal, en problemas, sino porque Él quiere siempre algo más grande para tu vida de lo que tú estás viviendo en el día de hoy.

Ante el estatus quo, ante el momento actual, siempre hay tres actitudes o acciones que tú puedes tomar:

  1. Rebelarte.  El problema es que la rebeldía es el producto de la frustración acumulada, pero que no tiene un plan para cambiar el estatus quo.  Tú has hecho cosas por rebeldía, que no han traído avance a tu vida.  Renunciaste por un coraje, y tú no debes renunciar bajo un arranque; entonces espiritualizas, diciendo que Dios te va a proveer, mientras Dios te dice: ¡No podías renunciar!  ¡No era el momento!  Te precipitaste a tomar una decisión que no mejora realmente tu situación, sino que pudiera empeorarla.  Abraham, rebelde a la palabra de Dios, se acuesta con su sirvienta y tiene a Ismael.  ¿Cambió eso el estatus quo?  No.  Seguía sin el hijo que Dios le había dicho.  Tú no puedes actuar por rebeldía, tú no puedes dejar que la frustración te lleve a eso porque no consigues nada.
  2. Acomodarte.  Acomodarte al momento actual, a la dificultad que estás viviendo.  Los momentos de dificultad, requieren de ciertos ajustes, pero no puedes vivir el resto de tu vida adaptándote.  ¿Qué más vas a cortar de tus gastos?  Hay un punto donde tú no puedes seguir cortando gastos; tienes que prosperar porque hay ciertas cosas que se pueden cortar, pero llega un punto donde ya no hay de dónde.  No puedes dejar de comer.  Hay un momento donde el mismo mundo te obliga a prosperar.  No te puedes acomodar para toda la vida y quedarte ahí.
  3. Actuar por fe.  O te revelas, o te acomodas, o actúas por fe.  Y ambos estatus quo requieren de fe; el que se está conformando, acomodando a los problemas necesita fe, y también aquel que porque está bien y cómodo necesita entender que Dios tiene cosas mucho más grandes.
Fuente:
Pastor Otoniel Font

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