
TEXTO: SALMO 27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
REFUGIO: Lugar seguro donde una persona puede protegerse del peligro de manera temporal, hallar descanso o consuelo en medio de la dificultad.
FORTALEZA: Es un lugar fortificado que está acondicionado para soportar ataques o invasiones, diseñado no solo para proteger, sino para vivir en él con seguridad y estabilidad.
Esta semana hemos visto en las noticias los ataques hacia algunas ciudades en Israel y podemos ver como desde que suena la señal de alarma de ataques los habitantes tienen un tiempo limitado para correr y entrar en los refugios antimisiles para protegerse.
Cuando el peligro ya ha pasado pueden salir del refugio y continuar con sus quehaceres normales.
I) MUCHAS FAMILIAS VIVEN UN CRISTIANISMO DE REFUGIO
Es decir, cuando suenan las alarmas en sus vidas, por las enfermedades, por los problemas económicos, por los malos caminos de sus hijos, por los problemas en el hogar, entonces corren al refugio llamado iglesia, llamado comunión con Dios, llamado ayuno y oración. (Salmo 78:34-35) Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya, 35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor.
Pero lastimosamente cuando pasa la angustia, cuando salimos de la dificultad, cuando las alarmas dejan de sonar, volvemos a nuestra vida normal y se nos olvidan nuestras promesas, se nos olvidan las palabras que le dijimos a Dios en los momentos de dificultad y volvemos a nuestra vida sin tiempo para Dios, sin tiempo para congregarnos, rápidamente nos olvidamos del Señor (Salmo 78:36-37) Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían; 37 Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto.
II) PERO EL SEÑOR QUIERE QUE VIVAMOS EN LA FORTALEZA DE SU PRESENCIA
(Salmo 91:1-2) El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
Tenemos que comprender que nuestro Dios no quiere ser un refugio momentáneo para nuestra familia para los tiempos de angustia, Él quiere ser nuestra fortaleza, que HABITAMOS TODOS LOS DÍAS BAJO SU SOMBRA.
Tenemos que enseñarle a nuestra familia que Dios es nuestra fortaleza, que en él podemos habitar seguros, que en él estamos protegidos todos los días, que él cuida de nuestras necesidades, y que en él tenemos TODO LO QUE NUESTRA FAMILIA NECESITA:
EL QUE HABITA EN LA FORTALEZA NO VIVE ATEMORIZADO (Salmo 27:1) Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
EL QUE HABITA EN LA FORTALEZA TIENE SEGURIDAD ANTE CUALQUIER ADVERSIDAD INESPERADA (Isaías 25:4) Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro.
EL TURBIÓN es una TORMENTA REPENTINA, FUERTE Y VIOLENTA, generalmente de viento y lluvia, que aparece de forma inesperada. En el contexto bíblico, REPRESENTA PRUEBAS INTENSAS O CIRCUNSTANCIAS QUE AZOTAN DE REPENTE LA VIDA DE UNA PERSONA,
EL QUE HABITA EN LA FORTALEZA ES RESTAURADO (ZACARÍAS 9:12) Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble. El deseo de Dios no es solamente ayudarnos en un problema sino RESTAURAR CADA DIA NUESTRA FAMILIA.
CONCLUSIÓN: Como familias cristianas debemos preguntarnos: ¿estamos solo buscando a Dios cuando suenan las alarmas? ¿O habitamos cada día en la fortaleza de su presencia? El Señor no quiere ser solo un refugio temporal cuando hay tormentas, sino nuestra fortaleza permanente, Dios quiere familias firmes, restauradas, llenas de fe y que no se olviden de Él.