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Dios nunca olvida

Al que nunca nos olvida, aunque estemos humillados; su gran amor perdura para siempre. Salmos 136:23

Recientemente, una mañana, el Señor me recordó esta palabra que me dio hace dos años y me instruyó a compartir nuevamente algunos extractos de ella. Él dijo: «Rosangela, no me he olvidado de las promesas que le hice a Mi pueblo. ¡Diles que estoy a punto de recordarlos! Diles de nuevo que este será un diciembre para recordar.»

Isaías 49:14-16 NVI Pero Sión dijo: «El Señor me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mí». «¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! Grabada te llevo en las palmas de mis manos; tus muros siempre los tengo presentes.

UN DICIEMBRE PARA RECORDAR
En mi tiempo con el Señor un día, le pregunté qué había en Su corazón para este nuevo año gregoriano que se acerca rápidamente (2025). Él respondió: «¿Por qué preguntas sobre el nuevo año cuando aún queda un mes entero?» Yo dije: «Perdón, Señor. Habla, estoy escuchando. Déjame hablarte sobre el mes de diciembre, porque será un diciembre para recordar. ¡Diciembre para recordar!”

Entonces entré en una visión y vi a un ángel enorme sosteniendo un pergamino. Lo desarrolló y comenzó a leer de él. Leía nombres y proclamaba cosas que estaban a punto de suceder para muchos. Algunos se estaban casando, otros estaban teniendo hijos, algunos estaban comprando casas, otros ganaban casos legales, algunos se reunían con seres queridos, otros eran sanados, algunos eran liberados de adicciones y enfermedades mentales, algunos estaban iniciando negocios o ministerios, y otros estaban siendo bendecidos financieramente. La gente estaba recibiendo todo tipo de avances, ¡y me llené de alegría por estas personas tan amadas!

Salmos 89:34 RVC No me olvidaré de mi pacto, ni me retractaré de lo que he prometido.

EL LIBRO DE MEMORIASEntonces pregunté: «Señor, ¿qué es ese pergamino?» Él respondió: «Es mi libro de memorias” Mientras meditaba en lo que el Señor acababa de mostrarme, Él me dio otra visión. Un largo tapete rojo se desenrolló frente a mí. Al mirar hacia abajo, vi que llevaba puesto un impresionante vestido blanco completamente cubierto de diamantes. El tapete terminaba justo frente a un increíble edificio blanco y resplandeciente. Miré al Señor, y Él hizo un gesto con la mano para que caminara, así que lo hice. Mientras caminaba, todas estas luces brillantes comenzaron a destellar, como los flashes de las cámaras en cada evento de alfombra roja en Hollywood. Al mirar de un lado a otro, comencé a quedarme sin aliento por todo lo que veía, porque cada vez que miraba, algo me llenaba de alegría, asombro y emoción. La visión terminó cuando llegué al final del tapete, frente al edificio blanco. Pregunté: «Señor, ¿qué significa esta visión?»

Él me dijo: «Mientras caminas hacia el final de este año gregoriano, algunas cosas que te he prometido han alcanzado su tiempo señalado. He abierto Mi libro de los recuerdos y estoy a punto de cumplir Mis promesas. Algunas cosas han llegado a su tiempo de madurez en tu vida. A medida que te acercas al final de este año y al comienzo del próximo, serás abrumada por Mi amor y Mi bondad hacia ti. Has caminado fielmente conmigo, y ahora comerás del fruto de tu obediencia.»

COMERÁS EL FRUTO DE TU OBEDIENCIA
«Esta es tu herencia. ¡Te sorprenderás con todas las sorpresas que tengo preparadas para ti antes de que termine este año! Cada paso de obediencia manifestará una promesa mientras manifiestas Mi gloria en esta tierra al caminar en tu identidad y destino dados por Dios. ¡Todos tendrán que admitir que solo yo pude lograr tales cosas en tu vida! Todas las miradas estarán puestas en ti y en lo que estoy haciendo en cada aspecto de tu vida.»

«El edificio blanco representa el nuevo año, la nueva temporada y la nueva asignación en la que estás a punto de entrar. Así como las vidas y los destinos de Mardoqueo, Ester y los israelitas fueron completamente redimidos y transformados cuando el rey abrió su libro de los recuerdos, así también serán transformados completamente tu vida, tu destino y los de aquellos que te rodean, mientras Yo te recuerdo y te recompenso por lo que has hecho.»

«Al caminar en la plenitud de tu identidad y destino en Mí, ¡manifestarás Mi gloria en la tierra! Lo que el enemigo quiso para mal, Yo lo transformaré para bien. ¡Él caerá en la horca que fue destinada para ti! ¡Terminarás el año con un gran estallido! ¡Este será un diciembre para recordar!, dice el Señor tu Dios.»

¿QUÉ ESTÁ REGISTRANDO DIOS?
¡Aleluya! amado, el Señor te está recordando! ¡Él no se ha olvidado de ti! Esta palabra no es solo para mí, es para todos aquellos que han estado esperando pacientemente, confiando, soportando y permaneciendo firmes en Su Palabra inmutable. Si un rey humano recordó y recompensó a Mardoqueo, ¿cuánto más nuestro Padre Celestial hará por nosotros? Mientras investigaba sobre el libro de los recuerdos del Señor y el libro de registros del rey, descubrí que en la Concordancia Strong ambos se describen con la misma palabra, “zikkaron” (Strong S H 2146). Zikkaron significa «memorial,» «recuerdo,» «registro.»

El Señor registra y recuerda las cosas buenas que decimos. Cada vez que honramos Su nombre, cada vez que hablamos de Su bondad, cada vez que damos testimonio a alguien de las grandes cosas que Él ha hecho, esas palabras quedan registradas en Su libro de recuerdos. Y en el tiempo señalado, Él abre el libro y nos «recuerda». Cuando la Palabra habla de que Dios «recuerda» a alguien, puede significar que está a punto de actuar en favor de esa persona. (Una palabra de Rosangela Atte)

Malaquías 3:16–18 NVI Los que temían al Señor hablaron entre sí, entonces él los escuchó y les prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre. «El día que yo actúe ellos serán mi propiedad exclusiva —dice el Señor de los Ejércitos—. Tendré compasión de ellos, cómo se compadece un hombre del hijo que le sirve. Y ustedes volverán a distinguir entre el justo y el malvado, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

Con amor y oraciones,

Fuente:
Magie de Cano

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