JEREMÍAS 52:28-34 Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá. 29 en el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. 30 el año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la guardia llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron cuatro mil seiscientas. Joaquín es libertado y recibe honores en Babilonia 31 Y sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la cárcel. 32 y habló con él amigablemente, e hizo poner su trono sobre los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 33 le hizo mudar también los vestidos de prisionero, y comía pan en la mesa del rey siempre todos los días de su vida. 34 y continuamente se le daba una ración de parte del rey de Babilonia, cada día durante todos los días de su vida, hasta el día de su muerte.
Podemos ver que, a causa de su idolatría, de su desobediencia y de su rebeldía, juda fue quebrantada, fue sitiada por el ejército babilónico durante dos años, fueron rodeados y al final derrotados tal como Jeremías lo había profetizado, Judá fue llevado cautivo junto con su rey Joaquín, pero el Señor les demostraría tiempo después que él nunca olvidó ni abandonó a su pueblo a pesar de los pecados que ellos habían cometido.
En nuestra vida quizás muchos nos sentimos igual que Judá, rodeados por las consecuencias de nuestras malas decisiones, nos sentimos rodeados pues no encontramos la salida, no encontramos una solución, al igual que el pueblo de Judá estamos siendo llevados cautivos, somos llevados cautivos de la tristeza, del desánimo y de la amargura.
Pero tenemos que estar seguros que el Señor en su tiempo nos dará libertad, nos sacará de nuestra cárcel y levantará nuestra cabeza por sobre los que nos humillan.
Veamos en los versículos que hemos leído como el señor levantó de su humillación al rey Joaquín, aunque aparentemente para él todo estaba ya perdido y sin esperanza.
I) EL SEÑOR NO OLVIDO A JOAQUÍN A PESAR DE SU PASADO (VS 31) Y sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la cárcel
Veamos primeramente cómo fue la vida del rey Joaquín (2 Reyes 24:8-9) De dieciocho años era Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses. El nombre de su madre fue Venusta hija de Enlatan, de Jerusalén. 9 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Podemos ver que Joaquín había hecho lo malo delante del Señor, pero a pesar de su pasado el señor tuvo misericordia de él, y fue por una causa: él era del linaje de David.
Nosotros podemos estar seguros que el señor no nos olvidará a pesar de los errores y pecados de nuestra vida, él no nos abandonará, a pesar de nuestro pasado y al igual que Joaquín que era del linaje de David, a nosotros no nos abandonará el Señor porque somos de la familia de Dios. (Efesios 2:19) Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
II) PARA NOSOTROS EL SEÑOR TIENE TAMBIÉN UN TIEMPO ESTABLECIDO PARA RESCATARNOS (VS 31b) Y sucedió que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la cárcel.
El señor dio libertad a Joaquín a los veinticinco días del doceavo mes del año treinta y siete de su cautiverio, no fue en el día veinticuatro, ni en el veintiséis, ni tampoco fue en el año treinta y seis ni tampoco en el treinta y ocho, ni en el mes onceavo, el Señor llegó en su tiempo, en el tiempo que Dios tenía en su soberana voluntad para levantar la cabeza del rey Joaquín.
Tenemos que saber que el tiempo de Dios no lo podemos adelantar ni atrasar, lo único que debemos hacer es confiar y esperar sin dudar de la fidelidad de nuestro Dios.
En la Biblia podemos ver que muchas personas tuvieron que esperar mucho tiempo por su bendición, pero siempre la recibieron, el Señor nunca falló, él Señor nunca dejó ni dejará una promesa sin cumplir (Josué 21:44-45) Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. 45 no faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió
III) DIOS OBRÓ EN LA VIDA DE JOAQUIN DE UNA MANERA INESPERADA, PERO NO SE OLVIDÓ DE ÉL (VS 31b – 34) Evil-merodac rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la cárcel. 32 y habló con él amigablemente, e hizo poner su trono sobre los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 33 le hizo mudar también los vestidos de prisionero, y comía pan en la mesa del rey siempre todos los días de su vida. 34 y continuamente se le daba una ración de parte del rey de Babilonia, cada día durante todos los días de su vida, hasta el día de su muerte.
¿Quién podría pensar que el rey de Judá sería levantado para bien por medio de la mano de mano de sus propios enemigos? pero Dios usó a un rey llamado Evil-merodac para sacar de la cárcel y bendecir a un rey de su pueblo.
De la misma manera el Señor no da su bendición muchas veces de maneras inexplicables o inesperadas, aun en aquellas cosas que parecen que son para mal en nuestra vida, el Señor obra para que de alguna manera nos ayuden para bien, como lo dice (Romanos 8:28) Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
CONCLUSIÓN: Como lo hemos dicho en mensajes anteriores: DIOS NO ESPERA QUE LO COMPRENDAMOS, ÉL ESPERA QUE LE CREAMOS Y CONFIEMOS EN ÉL. A pesar de las circunstancias que podamos estar viviendo, a pesar de nuestros errores, a pesar de que quizás todo parece perdido y sin esperanza, tenemos que confiar: DIOS NOS LEVANTARÁ.