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Dios nos está llamando

Seguramente todos estaríamos de acuerdo en decir que Dios nos está llamando en este tiempo por medio de esta pandemia, por medio de las muertes que están ocurriendo en todo el mundo, por medio de todas las circunstancias adversas que nos está tocando vivir. LAMENTACIONES 3-21-28

Pero en realidad no es así, el llamado de Dios al igual que en los tiempos que estaba viviendo el profeta Jeremías cuando escribió el libro de Lamentaciones, que eran tiempos de angustia, de muerte, de destrucción, es por medio de LA MISERICORDIA Y LA FIDELIDAD DE DIOS aun en los tiempos difíciles, aun en las peores circunstancias que podamos estar viviendo.

Nosotros, es decir esta generación que nos ha tocado vivir esta pandemia, que estamos aún en tiempos de contagios, de enfermedad y de muerte en todos los países del mundo, en los cuales hasta la fecha hemos llegado casi a un millón de personas que han fallecido según los reportes oficiales, tenemos que reconocer que si hemos llegado hasta este día es únicamente por la misericordia de Dios, por su misericordia no hemos sido consumidos.

Tenemos que reconocer, mirando las circunstancias que estamos viviendo, sin una vacuna, sin un tratamiento totalmente efectivo, con miles de contagios todos los días, que si hemos llegado hasta hoy es por la misericordia y la fidelidad de nuestro Dios, porque cada mañana son nuevas sus misericordias, porque cada día nos ha protegido, porque cada día ha tenido cuidado de nosotros.

Y esa misericordia y esa fidelidad de nuestro Dios es UN LLAMADO DIRECTO PARA NUESTRA VIDA, veamos en la palabra de Dios ¿Cuál es ese llamado que Dios nos hace por medio de su fidelidad y de su misericordia?

ES UN LLAMADO A ESPERAR EN DIOS (LAMENTACIONES 3:24-25)

Millones de personas en este tiempo están esperando poniendo su esperanza en los hombres, en la ciencia médica, en los laboratorios que están probando la nueva vacuna, etc.

Pero el Señor quiere que nosotros reconozcamos su misericordia y su fidelidad y pongamos en él nuestra esperanza, que esperemos en él, en lo que está haciendo y en lo que hará en el mundo, que comprendamos y reconozcamos con fe que nuestro Dios para terminar esta pandemia, para frenar los contagios y las muertes no necesita una vacuna, ni una medicina, él tiene poder para frenar todo lo que hoy está ocurriendo en el mundo.

En todo lo que estemos viviendo pongamos en Dios nuestra esperanza, esperemos en él, en su poder, confiemos en lo que Dios está haciendo, y tengamos la plena convicción de que nuestro Dios tiene el control.

ES UN LLAMADO A ESPERAR SIN MURMURAR (LAMENTACIONES 3:26)

Si reconocemos que hemos llegado hasta hoy por la misericordia y la fidelidad de Dios, lo que tiene que haber en nuestra boca es agradecimiento, alabanza, adoración, no queja ni murmuración.

Esperar quejándose y murmurando no es paciencia, eso es desesperación, angustia y amargura, es no reconocer la bondad de Dios para con nosotros.

Esperar en silencio no significa no decir ni una palabra, esperar en silencio es reflexionar y poder decir con fe y esperanza: QUE SE HAGA TU VOLUNTAD, es decir poniendo todo el control en las manos de Dios.

ES UN LLAMADO A LA JUVENTUD A REFLEXIONAR EN LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO Y A BUSCARLO DESDE LA JUVENTUD (LAMENTACIONES 3:27-29)

Los jóvenes y los niños están experimentando la misericordia de Dios, viendo como él los está protegiendo, como Dios no ha permitido que se enfermen gravemente, verdaderamente Dios ha protegido a las nuevas generaciones.

Y esto debe hacer reflexionar a los jóvenes que les ha tocado vivir esta pandemia en las graves consecuencias del pecado, en las graves consecuencias de querer vivir fuera de lo establecido por el Señor en su palabra, en la disciplina de Dios para sus hijos y en el castigo de Dios para el mundo.

Los jóvenes de hoy tienen que reconocer que Dios tiene poder para cambiar la historia del mundo, de frenar al mundo, de transformar nuestro estilo de vida, y por lo tanto es necesario vivir con temor de Dios, honrando su palabra, respetando sus límites, y buscando siempre hacer su voluntad.

ES UN LLAMADO DE DIOS AL ARREPENTIMIENTO (LAMENTACIONES 3:39-41)

Tenemos que reconocer que nuestro Dios ha sido bueno, ha sido fiel, por su misericordia hemos llegado hasta este día, y tenemos que reconocer que ha sido bueno, misericordioso y fiel con nosotros pues nosotros SÍ LE HEMOS FALLADO, SÍ HEMOS HECHO LO MALO, SÍ NOS HEMOS APARTADO DE SUS CAMINOS, SÍ HEMOS SIDO NECIOS QUERIENDO HACER NUESTRA VOLUNTAD Y NO LA DE ÉL

Es por eso que sus misericordias que son nuevas cada mañana tienen que ser un llamado al arrepentimiento en nuestra vida, para volvernos al Señor, para dejar nuestros caminos equivocados y comenzar nuevamente a caminar en los caminos de Dios.

Si posiblemente nosotros en esta pandemia por nuestros pecados y malos caminos lo que hubiéramos merecido es la muerte, quizás podemos reconocer con sinceridad que han muerto personas que seguramente su vida era mucho mejor que la nuestra, han muerto personas que humanamente hablando nos parece que NO debieron morir, porque eran buenas personas, y nosotros a pesar de nuestros pecados, de nuestros malos caminos, de nuestros grandes errores el Señor nos ha dado una nueva oportunidad, ¿Que tenemos que hacer? ¡VOLVER HOY MISMO AL SEÑOR!, reconocer que hoy el Señor nos ofrece su misericordia, pero mañana puede ser demasiado tarde.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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