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Dios no olvida sus promesas

Joel 1:4 “Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.” Y Joel 2:25-26 “Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.”

Esta profecía habla de una nube funesta de langostas que caería sobre la tierra como un juicio de Dios sobre el pueblo de Judá por la maldad y el pecado que en este había por haber quitado su mirada de Él. Algunos eruditos opinan que se trataba de cuatro oleadas de insectos adultos que se comían lo que el otro había dejado hasta lograr el exterminio completo de la vegetación.

Se perdieron hasta las semillas para las futuras cosechas, el hambre estaba azotando a Israel. Quizás estés pasando por una situación similar, un hambre por no tener la respuesta en la prueba, sequía porque estás seco de desesperanza, pero Dios en su misericordia en medio de este panorama puede cambiar tu situación, como ocurrió en este pasaje de Joel que usa al profeta para dar una promesa de restitución, que se cumpliría si había un arrepentimiento genuino de pueblo.

La palabra de Dios siempre está vigente porque Dios es la palabra, nunca nos ha dejado y no nos dejará jamás, ahora te pregunto: ¿Qué fue lo que tú perdiste? ¿La salud, la familia, tus pertenencias, tu pareja, tu empleo? Es tiempo de restitución para tu vida, el Señor te devolverá todo lo que te quitó la langosta, el saltón y el revoltón.

El Señor confirma su palabra y nos dice en Jeremías 32:37 “He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?” Con tu fe en Dios y con un corazón humilde perdona al que te hizo el oprobio y te quitó lo que tenías, y mira al cielo ¿De dónde vendrá tu socorro? Del Señor, Él te dará un nuevo comienzo para tu vida.

Ten presente que Dios no olvida ninguna de sus promesas, y recuerda que en la prueba Dios se manifiesta en las vidas. Él no sólo promete restituirte sino que promete que nunca jamás serás avergonzado. Él conoce tu necesidad, así que espera su promesa que siempre se cumple, que esta palabra se haga viva en ti y consigas la respuesta que estás buscando.

Fuente:
Misionera Isbelia Armas

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