«¿Por qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo de la tribulación?»
Salmo 10:1 (RV60)
Los momentos difíciles están llenos de emociones, las cuales muchas veces nublan nuestra visión y mente, y nos impiden ver más allá y recordar las promesas divinas. El que Dios no hable no implica que esté lejos o que nos haya abandonado, por el contrario, Él aprovecha estos momentos para pulir y afirmar nuestra fe; por otra parte, el enemigo de nuestras almas también aprovecha estos tiempos para sembrar duda, por tanto, aunque no veamos nada y nos sintamos solos, rechacemos todo argumento que se quiera levantar en contra de Dios y ministremos nuestras almas con Sus promesas. La Biblia nos exhorta a vivir por fe y no por vista y esto es lo que el salmista nos confirma aquí. Muchas veces, en medio de las dificultades y pruebas, sentimos que oramos y no somos escuchados, pero la Biblia nos dice que Dios no abandona la obra de Sus manos, por lo tanto caminemos en esta verdad. Por eso debemos vivir por lo que sabemos, por las verdades que dice Su Palabra y no por lo que sentimos.
Oración
¡Señor, Tu fidelidad es incomparable! ¿Cómo no alabarte y adorarte cada día? No es por lo que vea, no es porque te sienta o no… Es que ¡Tú eres digno de Suprema alabanza Siempre! Aunque no te escuche sé que no me has abandonado, estás ahí, por lo que viviré por fe, en el Nombre de Jesús. ¡Amén!