Muchas veces Dios espera hasta el momento de última fuerza para enviar la bendición. Y uno se pregunta ¿por qué Dios hace eso?. Esta mujer por ejemplo lleva doce años con esta enfermedad agotadora, vergonzosa. Ha hecho todo lo posible por salir de su situación. No solamente no le ha ido bien si no que le ha ido peor; ha gastado todo su dinero, vive en la soledad. Y solamente ahora en ese momento es que se atreve a ir a los pies de Jesús.
La Biblia está llena de narrativas donde la gente llega al último momento de su situación y ya no les queda más nada que hacer, y simplemente tienen que acudir al Señor desesperadamente. Yo pienso por ejemplo en los hebreos en Egipto, cuando están saliendo de Egipto y están frente al Mar Rojo, hay una pared de mar que está frente a ellos, detrás de ellos viene el ejército del faraón listo para destruírlos y Moisés desesperado clama al Señor, y Dios le dice: golpea el mar y el mar se abrirá, y pasen en seco ¿no?.
Dios muchas veces espera hasta el último momento, y todo ese drama de las plagas y de Egipto, y las luchas entre Dios y el faraón. Dios estaba llevando a través de ese proceso a cabo una lección para gente a través de todos los siglos que verían ese drama, una confrontación entre el poder de Dios y el poder del hombre. Muchas veces Dios tiene propósitos en nuestras vidas, que Él quiere llevarnos a aprender cosas, no solamente quiere responder a nuestras necesidades inmediatamente que evidenciamos, si no que Él quiere confrontarnos y llevarnos al punto de aprender y crecer espiritualmente.
Y si Él nos sacara inmediatamente de una situación muy posiblemente nos quedaríamos infantiles en nuestra fé. Muchas veces al vivir cierto proceso de vida aprendemos fé, aprendemos dependencia de Él, humildad, persistencia, buscamos más de Él en oración, nos confrontamos nosotros mismos con áreas de nuestra vida que necesitan ser sacadas y exorcisadas. Es decir hay muchas cosas que el Señor quiere hacer a través de la prueba, y Él muchas veces mantiene las cosas a fuego lento y nos estamos cociendo poco a poco en nuestras diferentes situaciones. Y clamamos al Señor: ¿por qué Tú no intervienes?. Y es porque Dios tiene un propósito en esas situaciones.
Recordamos por ejemplo en el caso también de los judíos, de los hebreos en Deuteronomio capítulo 8 donde Dios le dice a los hebreos: Yo los he tenido en el desierto por cuarenta años, los he probado, les di maná, comida sencilla durante todo ese tiempo, y los llevé a través del desierto para confrontarlos, para mostrarles que no sólo de pan vivirá el hombre, para mostrarles a ustedes ciertas cosas acerca de su carácter nacional que necesitan ser confrontadas.
Vemos a Dios una y otra vez dilatando sus intervenciones en nuestras vidas porque Él tiene un mayor propósito, sea bendecir a los que están alrededor de nosotros que están siendo testigos de la lucha que estamos viviendo y al ver nuestro ejemplo de fé, de persistencia, de sujeción a Dios a Su Voluntad de fé en una oración sostenida, y luego cuando Dios responde a esa necesidad la gente se maravilla y los incrédulos entonces se ven movidos ellos mismos a creer en ese Dios que ellos han visto a través de ese proceso que nosotros hemos estado viviendo.
Muchas veces Dios no le ha interesado solamente bendecirnos a nosotros si no bendecir a los que están alrededor de nosotros con los procesos que estamos viviendo. Pienso en las palabras del Salmista donde dice: «Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí y escuchó mi clamor, y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Puso cántico nuevo en mi boca.» Dice: «Verán esto muchos y temerán, y confiarán en Jehová.»
Muchas veces las situaciones de prueba por las cuales nosotros estamos pasando tienen el propósito de bendecir a aquéllos que están alrededor de nosotros. Además de bendecirnos a nosotros mismos, instruírnos y enseñarnos cosas que debemos aprender acerca de nosotros mismos cuando estamos viviendo esos procesos, Dios quiere también bendecir a los que están alrededor de nosotros. Y luego en el momento apropiado nos saca y hace que este proceso que hemos vivido sea de inspiración y de edificación para muchos alrededor de nosotros.
Así que siempre mantengamos la mirada puesta no solamente, ok, Dios ¿por qué no estás contestando?, si no preguntémosle al Señor, Señor ¿qué estás Tú haciendo a través de este proceso que yo estoy viviendo y qué estás tratando de enseñarme, y cómo puedo yo sacarle el máximo provecho a esta situación que yo estoy viviendo y por la cual Tú me estás poniendo.
Yo espero que esto sea de bendición para tu vida. La prueba va a venir a la vida del creyente, y necesitamos saber cómo navegar esas aguas tormentosas cuando vienen a nuestra vida. Que Dios te bendiga y por favor mantente sintonizado con nosotros porque hay mucho más que podemos sacarle a este maravilloso pasaje.