«Porque el judío Mardoqueo era el segundo después del rey Asuero, grande entre los judíos y estimado por la multitud de sus hermanos, el cual buscó el bien de su pueblo y procuró el bienestar de toda su gente» Ester 10:3 (LBLA)
Mardoqueo dejó un gran legado, no solo a Ester, sino a toda su generación, modelando los principios que debían diferenciarlos como pueblo de Dios, fue un hombre íntegro y comprometido, que ante todo, buscó el bien de su gente y que no negoció la Ley de Dios. ¿Qué legado estamos pasando a nuestras generaciones? ¿Cómo impactaremos sus vidas? ¿Otros pueden realmente ver cuánto amamos a Dios? ¿Qué principios divinos vivimos con gozo y amor? ¿Será que solo nos ven como religiosos que vamos a ocupar una silla cada domingo a la iglesia y no han visto nuestro deseo de reflejar al Señor y cómo vamos caminando hacia esa meta a través de pequeños pasos, a pesar de que muchas veces tropezamos? ¿Estamos reflejando a Cristo en nuestros trabajos, estudios, familia, amigos? Mardoqueo no menciona a Dios, Ester tampoco… Pero lo glorifican en todo momento con sus conductas. No es por lo que hablemos, es por los frutos que sabrán si somos o no Sus discípulos, si somos cristianos verdaderos.
Oración
Señor, me postro ante Ti para pedirte perdón por cada palabra, pensamiento y acción que no Te ha glorificado. Te ruego Espíritu Santo que me ayudes a caminar en Santidad y a glorificarte en todo lo que haga o deje de hacer, que mi corazón permanezca inundado de Ti, que mi mente se enfoque completamente en Ti, que mis acciones sean dirigidas por Ti, que pueda dejar un legado digno de Ti a mis generaciones para que Te busquen, Te conozcan y sigan, Te lo pido en el Nombre de Jesús. ¡Amén!