
Aunque los cielos se aclaren y el viento cese, Dios aún tiene algo que decirnos. No todo termina cuando pasa la tormenta. A veces, justo ahí, comienza la lección más profunda. Salmo 46:10 – “Estad quietos, y conoced que Yo soy Dios.”
Después que los vientos se detienen y el cielo se abre, muchos respiran con alivio y dicen: “Ya pasó.”
Pero el Espíritu de Dios sigue hablando.
El silencio después de la tormenta es Su escenario perfecto para recordarnos que Él sigue siendo el Señor del tiempo, del clima y del corazón.
Así como nuestra nación, la República Dominicana fue detenida por días de lluvia, hoy otras tierras enfrentan lo mismo. No son solo cambios de clima: son llamados del Creador a despertar los corazones dormidos.
Dios está hablando a las naciones.No vuelvan a la rutina sin haberme escuchado.
No reconstruyan sin buscar primero mi dirección.
Porque la tormenta nos enseña a esperar,
y la calma nos enseña a obedecer
Oremos
Señor, habla a las naciones con Tu voz de paz.
Que cada país reconozca tu soberanía y busque tu rostro.
Haz que cada tormenta deje una semilla de fe y un fruto de arrepentimiento.
en los corazones de todos.En el nombre de Jesús,
Cuando la tormenta pasa, no termina la lección; comienza el tiempo de
escuchar con el corazón.