“Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.” Efesios 5:14 (Reina-Valera 1960)
Vivimos en un tiempo en donde es muy fácil enfriarse espiritualmente, basta con permitir que la humildad se oculte de nuestra vida para comenzar a criticar cada cosa y convertirnos en jueces.
Hay tanta gente hoy en día que dejo de sentir la presencia de Dios y no porque Dios se haya alejado de ellos o ya no esté allí, sino porque ellos mismos comenzaron a dormir en lugar de velar, comenzaron a dejar a Dios, comenzaron a olvidar que su fortaleza provenía de Dios, que lo que han logrado y llegaron a ser es porque Dios estuvo detrás de cada uno de sus logros.
Muchos duermen en sus laureles, aquellos que consiguieron hace mucho tiempo pero que hoy en día los únicos que lo recuerdan son ellos, porque su vida no es ni la sombra de lo que un día fue. No se puede vivir pensando en que en el pasado se hicieron bien las cosas, sino que debemos hacer bien las cosas ahora mismo.
Dormir espiritualmente es haber dejado de orar, haber dejado de leer la Palabra de Dios, haber dejado de servir a Dios o congregarse con otras personas que piensan y sienten lo mismo de Dios que tu.
Dormir espiritualmente es asistir cada domingo a escuchar una predicación, pero no entender o no poner en practica nada de lo escuchado, es estar presente sin ser practicante, sino solo un simpatizante.
Dormir espiritualmente es ya no sentir que el Espíritu Santo nos redarguye cuando hemos hecho algo malo, es ya no sentir el dolor por pecar, es ya no sentir aquella incomodidad por decir algo fuera de lugar o estar en un lugar que no honra a Dios.
¿Tienes algún síntoma?, ¿Has estado durmiendo desde hace tiempo?, ¿Qué esperas para despertar?, ¡Despierta!, ¡Es hora de despertar el sueño de la comodidad y comenzar a hacer lo que Dios quiere que hagamos!
Hoy te invito a que por un momento te auto examines y seas sincero contigo mismo y reconozcas si has estado dormido todo este tiempo y si fuera así, es hora de comenzar a hacer lo que Dios quiere que hagas y para lo que fuiste llamado.
No permitas que el sueño espiritual te lleve al fracaso, sino más bien has todo lo posible para estar despierto y velando porque el día del Señor se acerca.
¡Despierta!
“Estamos viviendo tiempos muy importantes, y ustedes han vivido como si estuvieran dormidos. ¡Ya es hora de que despierten! Ya está muy cerca el día en que Dios nos salvará; mucho más cerca que cuando empezamos a creer en Jesús.” Romanos 13:11 (Traducción en lenguaje actual)