A la luz de las sagradas escrituras, la esencia fundamental de los sueños bíblicos se revela como mensajes enviados por Dios para ofrecer respuestas a nuestras peticiones y para enseñarnos acerca de la posición de Dios en nuestras vidas frente a las circunstancias que puedan presentarse en estos tiempos.
Los sueños bíblicos representan una auténtica comunicación espiritual de naturaleza sobrenatural, revelando un medio mediante el cual Dios se comunica con nuestra alma.
Citando ejemplos bíblicos que respaldan esta verdad, observamos el relato de José interpretando los sueños del copero y el panadero del rey de Egipto. Faraón, enojado con ambos oficiales, los puso en prisión, donde compartieron sueños con significados distintos. La interpretación divina otorgada por José influyó en el destino de estos hombres, evidenciando la gracia y el consuelo divinos para uno y la sentencia para el otro.
Estas interpretaciones, basadas en el don divino de la sabiduría, abarcan sueños espirituales, proféticos, del alma y de realización, todos vinculados por la verdad central de lo espiritual, económico, emocional, físico y material. En manos de sabios consejeros, estos sueños cristalizan su propósito y promueven un mayor entendimiento para su ejecución.
Los recursos humanos, aunque valiosos, no siempre satisfacen plenamente las aspiraciones del alma. Satisfacer los anhelos del alma implica la sabiduría divina y la alineación con las leyes espirituales, desde las espirituales hasta las físicas.
Dios, como creador del ser humano con alma, cuerpo y espíritu, nos insta a buscar su visión para nuestras vidas. Esta visión divina, enraizada en las leyes espirituales, guía la realización de nuestros sueños, proporcionando dirección y orden a través de la comprensión de las Escrituras.
Es un honor para mí rendir homenaje y expresar mi reconocimiento al Pastor Luis Reyes. En años anteriores, tuve la oportunidad de extraer valiosos insights de sus últimos sermones, particularmente del mensaje titulado «El lugar del Señor en tus sueños despiertos». Me sentí profundamente agradecida y llena de alegría al incorporar esas enseñanzas en mi propio mensaje.
– «Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.» (Efesios 5:14)
– «Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.» (Daniel 2:4)
– «En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relató lo principal del asunto.» (Daniel 7)
– «Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.» (Salmos 126:2)
– «Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.» (Mateo 1:20)
El Tabernáculo Prensa de Dios, en este nuevo inicio de año, nos brinda la gracia de Dios y nos invita a abrir puertas de sabiduría y entendimiento mediante las leyes espirituales divinas. A través de la fe, podemos actuar en consonancia con el orden y la calidad que establece la Palabra de Dios en la Biblia, guiando nuestra vida en sus dimensiones de alma, cuerpo y espíritu.
Las experiencias pasadas del año anterior, a pesar de los desafíos para alcanzar algunos sueños, se convierten en lecciones valiosas. Esta nueva oportunidad nos enseña a mejorar para la gloria de Dios y el beneficio de nuestra alma.
La Biblia nos insta a buscar primero el reino de Dios y su justicia, confiando en que lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6:33). El reino de Dios, representado por el evangelio de Jesucristo, implica la salvación del alma y la justicia de Dios, manifestada en su amor y gracia.
La bienvenida al año 2024 lleva consigo los sueños de Dios en ti, esperando que se materialicen para su honra y gloria.