
Nuestro Señor Jesucristo, Rey de Reyes y Señor de Señores, nos llama a un retiro espiritual para renovarnos y fortalecernos en todas las áreas de nuestras vidas, como se menciona en Juan 3:30. En este tiempo es crucial en que vivimos confiar en la providencia divina, la fe y mantener la esperanza en un futuro guiado por la voluntad de Dios.
Es imperativo que nos preparemos para la semana santa que se aproxima superando los desafíos sociales, políticos, económicos y emocionales que puedan surgir. Debemos permanecer fieles a la visión de Dios para su iglesia, que busca transformar naciones con el evangelio de Jesucristo, manteniendo nuestra identidad bíblica y sacrificándose por el bienestar de los demás.
Siguiendo el ejemplo de Jesús, debemos negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz, comprometiéndonos con el servicio amoroso, la misericordia, la justicia y la fe. Esto requiere una unidad de fe y espíritu en el Cuerpo de Cristo, así como una transformación radical de nuestras mentes y corazones conforme a los principios de la verdad revelada en la Palabra de Dios.
En este tiempo de avivamiento espiritual, la iglesia experimentará un nuevo poder, gloria y autoridad divina, manifestándose a través de aquellos que permanezcan firmes en su fidelidad al Señor.
Que nos comprometemos, por tanto, a buscar esa unidad de fe y espíritu que tanto necesitamos, y a permitir que la Palabra de Dios transforme nuestras vidas para su gloria y bendición.