Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Una pesada jornada laboral merece un descanso que anime a obtener más energías, por ende, debemos continuar el afán cotidiano que hemos asumido como compromiso. La invitación a este tipo de descanso natural es obvio, nuestro cuerpo lo necesita para seguir el día, pero con el agravante de continuar cansados al final y sin esperanzas para evitar malgastarnos.
Jesús nos invita a un descanso único, nos expresa el deseo compasivo de corazón y la súplica esperanzadora para que todos estemos con Él. Es una llamada para aquellos que no tienen al Señor, es una equivalencia a un llamado a creer en su plan para nuestro confort. Para los creyentes, la atención a seguirle como un discipulo comprometido y volver nuestras vidas hacia Él.
La opresiva carga en nuestros hombros tienen un sabor ligero en nuestro caminar con Dios…, Jesús nos pide descargar todo peso cotidiano y seguirlo; su compasión de amor nos reta a olvidarnos de este mundo que no ofrece nada, cerca de Cristo tendremos todo y descanso para la vida eterna. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. Mat. 11:30. Bendecido día en el amor de Cristo, Amén.