Cada cual tiene en su hoja de trabajo en este planeta, sus luchas, y desde luego, necesario es conocer cómo salir de esas cosas tan complicadas.
Sobrevivir es el desafío que tenemos por delante, y nadie de brazos cruzados puede lograr hacerlo ¡hay que bregar, luchar! ¡nadie lo hará por ti! ¡hay que ponerse las vestiduras de guerrero/a cómo el único recurso para vencer y arrebatar nuestras bendiciones!
Jonás es un ejemplo del hombre desobediente que habiendo sido instruido para llevar a cabo una tarea gloriosa para el Señor; decidió a hacer lo contrario de lo que se le mandó, -ve a Nínive le dijo Dios- pero Jonás se levantó para huir de la Presencia de Dios e irse a Tarsis (la ruta de la derrota) que no representaba el plan de Dios, sino el suyo, el vientre del pez.
Ese es el dilema que hoy tenemos; que ponemos como prioridad nuestra yo antes que a Dios. El instrumento de la oración fue determinante para salir del vientre del pez, así nosotros hoy debemos de volver a ese camino, la oración de Jonás destrozó las intenciones de matarlo. Volvamos nuevamente, si es que le hemos fallado al Señor en eso, retomemos ese recurso que, por alguna razón, sea por descuido o cualquier otra cosa, hemos descuidado.
Inmediatamente se fue a Jope y en aquel puerto comenzó el tránsito de lo que no tiene futuro ni posibilidad de cambiar el rumbo de la historia.
Reflexiones sobre esto, pudiera ser nuestro caso, y decidamos volver a Nínive, donde están las metas,propósitos y bendiciones de nuestro Altísimo Dios.
Jope es el camino equivocado, devolvámonos hacia donde Dios un día nos envió. Nínive es el Ebenezer del Creador para nosotros no Tarsis, Nínive es nuestro Robot, nuestro Aposento Alto, ahí nos espera nuestra Esperanza de Gloria, Jesucristo, ¡para salvar y levantar al caído, al que no tiene a nadie que se duela de él, al que anda perdido sin fe y sin esperanza. El Salvador y Redentor de todos/as está aún disponible para dar Salvación y Vida Eterna. Aleluya.
Su Palabra
“Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seúl clamé, Y mi voz oíste.
Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.” Jonás 2:1-2, 7, 10 RVR1960
Dios te continué bendiciendo, Maranatha.