El buen pastor su vida da por las ovejas. Qué bello es tener ese pastor que está dispuesto a dar su vida por sus ovejas, porque todos andamos como ovejas descarriadas necesitando quien nos guíe. No es un líder político el que necesitamos para que nos guíe, lo que necesitamos es ese pastor supremo llamado Jesucristo que estuvo dispuesto a dar su vida por nosotros en la cruz. Ese es el pastor que todos necesitamos, uno que de verdad esté interesado en nuestros problemas, que esté dispuesto si es posible a dar su vida por nosotros, alguien que se preocupa por alimentarnos bien (por medio de la Palabra). Alguien que esté dispuesto a llevarnos a remanso de paz para que podamos beber del agua tranquila, alguien que nos proteja de los lobos hambrientos, alguien que se preocupe por nosotros cuando tenemos frío, cuando estamos desesperados. Ese que necesitamos es el Pastor de pastores, aquel que un día estuvo dispuesto a dar su sangre por nosotros. Sí, nuestro precioso Señor Jesucristo, a él es a quien necesitamos.
Un domingo, hubo una congregación muy grande porque se había anunciado que se serviría una comida bajo los árboles que había alrededor del templo. Me sentí chasqueado y resolví retirarme de aquel lugar a un bosque que no estaba muy lejos del templo. Por la tarde íbamos a tener otro culto, y durante una hora o dos me quedé mirando y vi un borrego que había metido los cuernos entre las mallas del cercado de alambre y no podía liberarse. Me acerqué para liberarlo, agarrarlo por los cuernos, torcer su pescuezo y moverle la cabeza hacia un lado y hacia otro. El pobre animal estaba asustado, seguramente sufría algunos dolores, naturalmente, no entendía que yo era su libertador, su benefactor. Suspendí un poco mi trabajo porque ya estaba un poco cansado; pero principalmente por lo testarudo del animal. Reanudé mi tarea y al fin logré liberar al borrego. Fui al templo pensando en esto, y me sentí impulsado a emplear en la predicación este incidente. Así lo hice. Todo el mundo estuvo atento, y pude predicar de una manera eficaz que dio buen resultado. Empleé la parábola del borrego, hice algunas aplicaciones, y estoy seguro de que hasta el día de hoy muchos recuerdan esa parábola. —J. E. Davis.
Así como este pastor moderno liberó al borrego así era el pastorcito del A.T. y en nuestro tiempo el supremo Pastor, Cristo Jesús.
Salmo 23 ¿Quién era el pastor en el A.T.?
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Salmos 23
El pastor en él A.T. Era Dios mismo cuidando de sus ovejas. El pastor del antiguo testamento, es el pastorcillo que Dios le había encomendado cuidar bien de sus ovejas, como ejemplo de este pastorcillo tenemos al rey David cuando era joven. Trae a mi mente un bello cuadro del pastorcillo de Israel, que mientras cuidaba sus ovejas, tocaba la flauta para mantenerlas en paz. Este pastorcillo era la figura del que había de venir, el Pastor de pastores nuestro Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento, quien estuvo dispuesto hasta dar su vida por sus ovejas.
¿Quién fue nuestro Pastor al inicio del N. T. Y lo sigue siendo todavía?
Yo soy un buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10:11
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Juan 10:14-16
Como podemos ver, nuestro buen pastor es nuestro Señor Jesucristo, y como él bien lo dice el buen pastor está dispuesto a dar su vida por sus ovejas, halló otra cualidad que Jesús nos enseña en esta parte de la Biblia, y es que él conoce sus ovejas, y ellas no conocen Él. Otra cosa muy grande que nos enseña es que él nos dice que tiene otras ofertas que no son de este redil. Del redil que está hablando en ese momento, es el pueblo de Israel; y las obesas que son del otro redil eran los gentiles (gentil es todo aquel que no era judío). Como podemos ver él se estaba refiriendo a nosotros, a todos los que íbamos a llegar al evangelio, porque él ya nos conocía desde antes de la fundación del mundo. Qué precioso esconder Jesús dice que él es el buen pastor, y al mismo tiempo ya está dando la provisión para nosotros que no éramos del olivo silvestre, pero que llegamos a ser pueblo de Dios por medio de Él. Sea porque Cristo sigue siendo nuestro buen pastor todavía en este tiempo.
¿Quién debía de ser el pastor en la época apostólica?
1 Timoteo 3:1-7
Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. 1 Timoteo 3:1-7
Después de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo él comisionó a otros para que pastoreará su iglesia, entre estos tenemos: a Pedro, a Juan, a Pablo, y a Timoteo, pues era necesario que la iglesia fuera pastoreada por personas idóneas que Jesús ya había preparado de antemano. Y hasta el día de hoy la iglesia no perece por falta de pastores. El sigue preparando personas idóneas para el puesto más importante que hay sobre la tierra y es el de pastorear las ovejas del Señor.
¿Cómo debe de ser el pastor ahora?
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Hebreos 13:17
El pastor de ahora debe de ser un fiel reflejo de lo que fue nuestro Señor Jesucristo. Como podemos ver en hebreos el pastor de nuestro tiempo tiene por obligación velar por las almas de sus ovejas porque tienen que dar cuenta de ellas, tiene que ser el pastor con alegría y no quejándose porque esto de nada le aprovechará. Y una obligación de las ovejas es que deben de estar sometida a sus pastores y sujetos a ellos. Así que podemos concluir que el pastor de ahora debe ser igual al de la época apostólica, debe vivir pendiente de sus ovejas y debe de ser al mismo tiempo un ejemplo para ellas, dando siempre un buen testimonio.
¿Qué más hace nuestro Buen Pastor por sus ovejas?
Salmo 23
Nos redime. Nos justifica. Nos sostiene. Nos restaura. Nos justifica. Nos da vida en abundancia. Sana nuestros cuerpos y almas. Nos defiende y protege mandando ángeles. Nos conforta. Nos provee. Y nos da vida eterna. ¿Qué debemos de hacer nosotros para tener derecho a todo esto?. Recibir a Cristo Jesús como nuestro único y suficiente salvador personal. Confiar en Él como nuestro Salvador y Pastor. Confiar en que nos protegerá. Confiar en que restaura nuestras vidas. Confiar en que nos da vida, y vida en abundancia. Y nos dará la vida eterna.
Quieres ser una oveja de este Pastor maravilloso, que estuvo dispuesto a dar su vida por ti en la cruz. Solo recíbelo en tu corazón y hazlo el Señor de tu vida, y él estará siempre dispuesto a cuidar de ti.
