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Déjalo

Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, con el fin de satisfacer sus propios deseos. Antes lo hacían por ignorancia, pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo» 1 Pedro 1:14-16

En los últimos meses, más fuerte que nunca, he estado sintiendo las palabras «DEJALO» ardiendo en mi espíritu intensamente. El sonido está siendo liberado desde Su corazón, está saliendo como un toque de clarín. Es el sonido de la CONSAGRACION que se está haciendo más fuerte que nunca.

Es el sonido de Josué 3:5 “Consagraos, porque mañana el Señor hará maravillas entre vosotros”. El Señor se está moviendo poderosa y bellamente en esta hora. Nos estamos moviendo hacia lo que será el mayor movimiento de Su Espíritu en la tierra que jamás hayamos visto. Estamos siendo invitados a «PREPARARNOS». Estamos siendo invitados a «poner nuestras casas en orden». Estamos siendo invitados a sus pies de una manera más profunda y consagrada que nunca. Porque el fuego de Su amor, el fuego refinador de Su Espíritu está ardiendo más fuerte que nunca. Hay un cortejo de Su corazón, un movimiento ardiente de Su Espíritu que produce un profundo arrepentimiento nacido de Su bondad, y una convicción de Su santidad que está surgiendo.

Hay un silencio divino, una quietud que llega a la Iglesia y que no hemos conocido antes. Este silencio divino, esta quietud, es la quietud que viene cuando Su Majestad se revela. Es una quietud y un silencio, una santa reverencia y temor por el Rey de la Gloria que llega cuando Él revela Su belleza, Su Majestad y Su Gloria. Hay una profunda consagración que está naciendo en muchos creyentes en esta hora que está fluyendo desde el lugar profundo del encuentro con Su santidad y Su belleza. Es el temor del Señor que está siendo restaurado. Es el santo temor, la maravilla de quién es Él que sacude y rompe la complacencia. Provoca una rendición ardiente dentro de los corazones que lo siguen a donde sea que Él vaya, lo siguen en el camino estrecho, abrazándolo en una rendición total.

En este momento, en esta temporada, escucho las palabras que resuenan: «DEJALO». Hay una nueva llamada a «DEJALO». Hay una nueva llamada a abandonar nuestros caminos, a abandonarlo todo y a ser «TODO PARA CRISTO». Hay un nuevo llamado a poner nuestras vidas como sacrificios vivos (Romanos 12:1) mientras Su fuego cae y nos consume completamente.

Estamos en el precipicio de asociarnos con el Señor, asociarnos con Su Espíritu en un movimiento de Su Espíritu y maravillas en la tierra como nunca antes hemos visto. Él nos está llamando a lo más profundo. Nos está llamando a un lugar más profundo de entrega a Su camino. Él está alineando las cosas rápidamente. Las cosas se están juntando de repente. Las puertas se están abriendo de repente. El posicionamiento está ocurriendo repentinamente. Él está poniendo todas las cosas en su lugar para un poderoso mover de Su Espíritu. Debemos estar preparados. Es tiempo de despojarse de TODO lo que obstaculiza. Es tiempo de desechar TODO lo que te pesa y abandonarte de nuevo.

Hay una reevaluación divina a la que Él está invitando a Su Pueblo en esta hora. Es el lugar para reexaminar ante Él que todo lo que estamos poniendo nuestras «manos» es Su edificación, Su plano y Su camino. Porque algunas cosas deben ser soltadas, para hacer espacio para las nuevas cosas que Él está construyendo. Hay algunas cosas que han sido construidas, no de Sus manos y es tiempo de soltarlas. Porque Él está liberando los espacios, los lugares y los planos de Sus manos, Su deseo y Su corazón y sobre estas cosas residirá Su Gloria. ¿Puedes escuchar el sonido de «DEJALO»? Déjalo entrar en cada área de tu corazón. Déjalo entrar en cada área de tu vida. Deja que Él tenga el control total. Deja que Él tome las riendas. El peso de Su Gloria, nunca antes visto, está poderosa y rápidamente sobre nosotros y debemos estar preparados. (Lana Vawser)

Isaías 1:18-19  »Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana! ¿Están ustedes dispuestos a obedecer? ¡Comerán lo mejor de la tierra!

Con amor y oraciones,

Fuente:
Magie de Cano

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