¿Se remonta el águila por tu mandamiento, y pone en alto su nido? Job 39:27
Una de las cosas más importantes que tenemos que aprender es el poder de la ubicación. Cuando nos posicionamos en el lugar que Dios tiene para nosotros y recibimos dirección de parte de Dios, muchas cosas comienzan a ocurrir a nuestro favor.
El problema es que, sin darnos cuenta, el mundo, muchas veces, decide dónde ubicamos nuestras vidas. Cuando permitimos esto, otros toman las decisiones por nosotros.
La ubicación de un nido en el lugar correcto demuestra el valor de las decisiones. Una de las cosas más importantes que refleja el nido de un águila, es la capacidad de decisión del ave.
Hay varias cosas que suceden en el nido. El nido es el lugar donde se les demuestra a los aguiluchos lo que tienen que hacer. El nido, también, comienza a incomodar al aguilucho. Esto último pasa, también, en las iglesias; Dios te muestra lo que tienes que hacer, y el nido comienza a incomodarte. De hecho, si un mensaje no te incomoda, no estás en el nido correcto. Y entonces viene la etapa de peligro. En el nido hay peligro; en el nido se puede morir un aguilucho, ya sea por hambre o por una tormenta. Y el aguilucho tiene que decidir, tiene que tomar acción.
Si no pasan las primeras cosas, no se empuja al aguilucho a decidir, a tomar acción. Una acción viene después de una decisión; el aguilucho tiene que llegar a la conclusión de que, si permanece en el nido, va a morir. Es entonces que ese nido se convierte en el lugar de la acción, se convierte en un trampolín; es entonces que somos lanzados, elevados a un nuevo nivel en nuestra vida.
Una de las cosas de las que nos habla la ubicación del nido, es el poder de la firmeza de nuestras decisiones.
En adelante, comienza a tener cuidado acerca de dónde vas a ubicar tu vida. Mira bien cuáles son las decisiones que tomarás en estas próximas semanas, con quién vas a entrar en sociedad, con quién te vas a conectar, a dónde vas a ir, con quién vas a hablar, qué vas a creer, qué no vas a creer, a quién vas a creer y a quién no. Eres tú quien tiene que decidir dónde se va a ubicar el nido. Tienes que decidir dónde vas a poner tu mente, tu espíritu, tus valores, los valores de tu familia, de tu casa, de tu matrimonio. Nadie más puede decidirlo por ti.
El problema de muchos es que no son capaces de tomar decisiones claras en su vida; quieren que otros decidan por ellos. Pero las cosas no van a pasar por sí solas. Llegó le instante de que tomes una decisión que te lleve a actuar, a salir de ese nido y entrar en una nueva dimensión en tu vida.
Reconoce y aspira a estar en el lugar que Dios ha designado para tu vida. Ubícate donde su libertad, su prosperidad y su bendición se manifestarán sobre ti.Deja de estar esperando que las cosas pasen, porque hay cosas que simplemente no van a pasar, sino hasta que tomes ciertas decisiones claras en tu vida. Tendrás que pararte firme y decidir.
Otoniel Font