Dios nos está llamando a una nueva dimensión de fe, estrategia y gracia. Lo que Dios quiere hacer con las mujeres hoy es similar a lo que hizo con la viuda a través del profeta: llenar sus vasijas de aceite para que nunca falte la unción del Espíritu Santo.
Nuestras vasijas serán llenas y multiplicadas en la medida en que escuchemos la voz de Dios. Así, nuestra fe crecerá y no seremos siervas débiles. Recordemos el ejemplo de Débora, a quien Dios entregó un pueblo en sus manos para vencerlo. De la misma manera, Dios desea fortalecer a las mujeres que le buscan de verdad, en santidad y en amor, entregándoles grandes cosas y dándoles victoria sobre todo lo que obstaculiza su relación con Él. De esta forma, podrán vivir en paz, armonía y gozo.
A ti, sociedad, iglesia y nación, escucha y atiende el llamado de la mujer. Óyeme, mírala, apoyala, valóralo y no la menosprecies, pues ella es parte de tu vida, cuerpo, alma y espíritu. ¡Hoy en día, Dios sigue eligiendo a mujeres y plantando en ellas el temor de Él, nombrándolas conforme a Su voluntad, porque Dios es soberano y dueño del universo! ¡Bendiciones y Paz.!!