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¿De verdad quieres cambiar tu vida?

Muchas personas personas en el inicio del año tienen palabras de ánimo y de motivación muy bonitas, podemos leerlas en sus perfiles de facebook, y de otras redes sociales. GENESIS 3-6-12-

Quizás nosotros mismos tenemos en nuestro corazón la buena intención de que cambiar nuestra vida en este nuevo año, pero ¿Será suficiente una buena intención para poder transformar nuestra vida?

Lastimosamente cada inicio de año es la época de las buenas intenciones, la época de los buenos deseos, pero también cada final de año es la época de las duras realidades, la época de darnos cuenta que no hicimos nada para cambiar la realidad de nuestra vida.

Entonces ¿Qué es lo que verdaderamente necesitamos para transformar nuestra vida? Vamos a encontrar la respuesta en los versículos que hemos leído para comenzar donde se nos muestran la forma como Adán y Eva enfrentaron la realidad de su pecado, la realidad de su error que les cambió la vida para siempre a ellos y a toda la humanidad.

I) TENEMOS QUE DEJAR DE TRATAR DE ENCUBRIR NUESTRO PECADO (VS 7-8) 

Adán y Eva pecaron y en lugar de confesar su pecado y arrepentirse delante de Dios lo que hicieron fue un plan para cubrir su desnudez, para que su pecado no se notara, trataron de ocultarse de Dios.

Cada uno de nosotros tenemos que tener claro que si algo nos roba la bendición de nuestra vida son los pecados ocultos, es decir tener la misma actitud de Adán y de Eva, tratando de ocultar nuestros pecados en lugar de confesarlos y arrepentirnos.

Ya tenemos que dejar  de ser expertos en disimular nuestro pecado, dejar de ser expertos en hacer que nuestro pecado no se note, pues para Dios todo está al descubierto (Hebreos 4:13) 

Tenemos que comprender que nuestro pecado no debe ser encubierto, sino que debe ser confesado, porque todo aquel que encubre su pecado no prosperará (Proverbios 28:13) 

II) TENEMOS QUE DEJAR DE ESTAR ESCONDIDOS (GENESIS 3:9-10) 

El Señor le hizo una pregunta a Adán: ¿Donde estas tu? Y esa pregunta también debe hacernos reaccionar a cada uno de nosotros.

Si Dios nos hiciera esa pregunta hoy a cada uno de nosotros ¿que responderíamos? Estoy viviendo en fracaso, estoy viviendo en desánimo, estoy en un matrimonio destruido, estoy en una familia dividida, estoy viviendo en escasez, etc.

Pero ¿Porqué estamos así? Porque al igual que Adán estamos escondidos y no hacemos nada para cambiar nuestra realidad, estamos escondidos y no tomamos la responsabilidad que Dios nos ha dado en la vida.

Tenemos que dejar de estar escondidos en las excusas, pues si seguimos poniendo excusas jamás edificaremos nada en nuestra vida.

Tenemos que dejar de estar escondidos en nuestro mal carácter para que nadie nos diga nada y que nadie nos cuestione nuestras malas actitudes y nuestras malas decisiones.

Tenemos que dejar de estar escondidos en la indiferencia y la irresponsabilidad: Ya no podemos seguir viendo como nuestra casa se cae poco a poco sin hacer nada, y al hablar de nuestra casa estamos hablando de nuestra familia, de nuestro matrimonio, tenemos que reaccionar.

III) TENEMOS QUE DEJAR DE SEÑALAR CULPABLES Y TOMAR NUESTRA PROPIA RESPONSABILIDAD (GÉNESIS 3:11-13)

Cuando Dios le preguntó a Adán y a Eva que había hecho ninguno de ellos reconoció su pecado, ninguno aceptó su error, sino que señalaron a otros como culpables.

Adán culpó a su esposa Eva y  Eva culpó a la serpiente, ninguno tuvo la valentía de reconocer y decir, yo comí del fruto, yo fui tomé la decisión, yo me equivoque.

Si verdaderamente queremos cambiar nuestra vida en este nuevo año 2020 tenemos que dejar de señalar culpables, antes tenemos que mirar hacia nuestra propia vida (Lamentaciones 3:40) 

Antes de comenzar a señalar al jefe, al maestro, a los suegros, al cónyuge, a los padres, etc, primeramente veamos nuestras propias actitudes, veamos nuestro propios errores, pues son los únicos que dependen de nosotros poder cambiarlos.

CONCLUSIÓN: Apenas estamos comenzando el año, estamos a tiempo de corregir los errores, estamos a tiempo de enmendar nuestro camino, volvamos nuestro corazón al Señor, él sigue estando con sus brazos abiertos esperando que volvamos a él sin importar como vengamos, pero no esperemos más, HOY ES EL DÍA DE SALVACIÓN.
Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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