Quedarás a cargo de mi palacio, y toda mi gente recibirá órdenes de ti. Solo yo, sentado en mi trono, tendré un rango superior al tuyo. Génesis 41:40
El Padre te dice: Ningún hombre, ningún plan demoníaco y ninguna puerta del enemigo pueden detener el ascenso que he designado para ti. Nada podrá oponerse a ti, cuando entres en la posición para la que te he creado. Te enseñé en la cárcel, pero estás destinado al palacio.
Salmo 75:6-7 La exaltación no viene del oriente, ni del occidente ni del sur, sino que es Dios el que juzga: a unos humilla y a otros exalta.
Aunque el camino no siempre ha sido cómodo y a veces te preguntas por qué no puede ser más fácil, nunca te he dejado y Mis ojos han estado sobre ti todo el tiempo. Ha habido traición que llegó por sorpresa, incluso de aquellos dentro de la iglesia, y de los más cercanos a ti, pero valdrá la pena todo cuando veas Mi plan desarrollarse ante tus ojos. Mi remanente nunca será retenido en un pozo o encerrado en una cárcel.
Yo conozco el final desde el principio, y he trazado un camino inusual para ti con giros y retrocesos inesperados. En un instante, el que estaba en la prisión se convertirá en gobernante. El mundo no siempre entiende Mis caminos, y puede parecer que estás atascado, pero te estoy enseñando a gobernar y a reinar. Te estoy enseñando los protocolos de la vida y la autoridad del Reino.
Incluso ahora, tus ojos espirituales están siendo abiertos a lo que eres, lo que tienes y lo que puedes hacer. Te he dado Mi anillo de autoridad y todo lo que pidas en Mi Nombre, lo haré. He puesto una cadena de oro alrededor de tu cuello, porque te estoy devolviendo el honor y las riquezas de la herencia que te fue quitada.
Te despojaron de tus vestiduras y te minimizaron, pero Yo he creado un manto real para envolverte. Te he vestido con ropas finas, para que destaques y tengas dominio en la tierra. Odiaron los colores de tu manto, odiaron tus dones y odiaron Mi amor por ti, pero derramaré Mi favor sobre ti ante sus ojos. Te sentaré en mi carroza real y todos dirán: «¡Abran paso! Porque Yo Soy el Dios que te saca de repente de la cárcel para hacer del palacio tu residencia. (Ellen McFarlane)
Génesis 41: 42-43 Luego el faraón se quitó de la mano el anillo con su sello oficial y lo puso en el dedo de José; lo vistió con ropas de lino de la mejor calidad y le puso un collar de oro. Después hizo que José subiera al carro de guerra reservado para su segundo en autoridad, y dondequiera que iba José, se gritaba la orden: «¡Arrodíllense!». Así que el faraón puso a José a cargo de todo Egipto.
Con amor y oraciones,