A lo largo de las Escrituras encontramos una exhortación constante a velar y cuidar nuestra alma. En este sermón, nos advierte de un peligro que viene como resultado no cuidar nuestras almas: la incredulidad que nos lleva a apartarnos de Dios. Pero al mismo tiempo, mientras nos exhorta a perseverar en Cristo, así mismo nos comparte la manera en que podemos guardarnos de la incredulidad: la comunión de la iglesia de Cristo.
Fuente:
Pastor Gerson Morey