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Cuatro actitudes que nos ayudan resolver los conflictos

Los conflictos no son nada nuevo en el Reino de Dios. Las Escrituras nos han dejado ejemplos de creyentes que entraron en conflictos a pesar de ser hombres y mujeres de Dios y los resolvieron en una manera adecuada para que nosotros podamos aprender de ellos.

Tenemos que aprender manejar un aspecto de la vida que estará con nosotros hasta que Cristo venga y es que somos personas diferentes, pensamos diferentemente, tenemos temperamentos diferentes; a veces concebimos el Reino de una manera diferente y por tanto vamos a tener situaciones conflictivas y lo que tenemos que hacer es resolverlos conforme a los principios del Reino de Dios.

En San Mateo comenzando con el versículo 20 vemos esta escena donde dos discípulos se acercan al Señor Jesucristo con su madre para pedirles que el Señor les asigne una posición preferencial cuando esté en Su Reino y cuando los demás discípulos se enteran de lo que estos dos han hecho se airan contra ellos y surge una situación de conflicto que el Señor Jesús aprovecha entonces para darles una lección de cómo se ventilan los conflictos en el Reino y cuál es la actitud de servicio que debe imperar en las relaciones entre los cristianos.

En este caso vemos que el Señor cuando surge esta división entre los discípulos los llama aparte y les dice cómo es que deben resolverse los asuntos en el Reino de Dios. Yo estaba pensando en otros momentos en que ha habido conflicto notable en las Escrituras. Aún en el viejo Testamento vamos y recordamos la situación entre Abraham y Lot cuando dice la Biblia que ambos se hicieron tan ricos, tenían tanto ganado que surgieron situaciones de conflicto entre sus empleados y Abraham llamó a Lot aparte y resolvió la situación en una forma ejemplar que tiene unas lecciones extraordinarias que enseñarnos, les invito a buscar eso en sus estudios bíblicos.

También tenemos el caso en que Pablo y Bernabé tuvieron conflicto acerca de si otro de sus discípulos podía continuar con ellos, Marcos creo que se llamaba después que los había abandonado en el primero viaje que ellos hicieron y luego vemos que Pablo se ha reconciliado con ellos y que ya hay la amistad de siempre. Luego vemos en el Libro de los Hechos que hay una situación de conflicto que llevó finalmente al establecimiento de los primeros diáconos.

Otro pasaje en Primera de Corintios capítulo 2 donde Pablo habla también de los conflictos que hay entre los cristianos; que algunos dicen: yo soy de Pablo, otros de Apolos, otros de Sefas, otros de Cristo. Hay muchas situaciones de conflicto en las Escrituras y lo importante es cómo resolvemos estas situaciones. Yo he aprendido inclusive que los conflictos pueden si se resuelven adecuadamente generar una situación más positiva de la que había antes de que surgiera el conflicto.

Los conflictos nos pueden fortalecer inclusive si los dialogamos y los resolvemos en una manera cristiana. Eso es lo primero. como Pastor yo he aprendido que muchas veces Dios usa esas situaciones de tensión en la Iglesia, entre los líderes, en la Congregación para que nos conozcamos mejor, para que glorifiquemos a Cristo por medio de una actitud benévola que lleve a la resolución del conflicto para gloria de Dios.

De nuevo yo creo que cuando nos encontramos en situaciones de conflicto varias cosas ayudan a resolverlo. A mí me ayuda primeramente escuchar a la otra persona. Darle tiempo para que se exprese y que me diga exactamente lo que hay en su corazón y asumir yo una postura de receptividad, darle tiempo a la persona y la oportunidad para que ella se exprese con lujo de detalles y tratar en todo lo posible de escucharla objetivamente, abiertamente, neutralmente sin en todo lo posible inyectar mi propia interpretación sino escuchar simplemente el lenguaje de la persona que me está hablando.

En segundo lugar me ayuda mucho también adoptar como una actitud benévola, generosa que le da a la persona el beneficio de la duda; que asume que la persona que está hablando tiene buenas intenciones, que está hablando con sinceridad, que está convencida de que él o ella tienen razón y no asumir enseguida como que hay malicia o un deseo de hacer daño. A veces puede que sí pero muchas veces los conflictos vienen simplemente porque la otra persona tiene simplemente una opinión diferente y está haciendo todo lo posible por ver las cosas correctamente y está convencida de lo correcto en su posición. Y es bueno cuando uno asume esa postura de parte de la otra persona de sinceridad porque eso ya nos quita entonces esa agresividad de pensar que la otra persona está tratando de hacernos mal.

Otra cosa que ayuda en la resolución del conflicto es no decir nada que le añada más leña al fuego. Muchas veces podemos usar un lenguaje inflamador, usar palabras o presiones que lo que hacen es que ponen a la otra persona en la defensiva o que la ofenden y entonces sube el volúmen de la discusión; tenemos que siempre en lo posible usar un lenguaje que sea neutral, un lenguaje que no añada más tensión y más seriedad a la cosa.

En cuarto lugar yo siempre pienso lo que dice la Biblia que tenemos que ser solícitos en guardar el vínculo de la paz. Eso quiere decir que tenemos que hacer todo lo posible por no permitir que cualquier situación conflictiva se convierta en una guerra campal que le quite la bendición al grupo al cual pertenecemos, si es una célula o a la Iglesia, o al ministerio en el cual estamos trabajando en la Iglesia sino que tenemos que tener mucho cuidado y ser muy cautelosos en siempre darle la mayor importancia posible al hecho de guardar la paz, mantener la paz entre los hermanos.

Así que aquí tienen algunas ideas ¿no? para guardar la paz entre los ambientes cristianos. Quizá más adelante podemos discutir otras pero luego vamos a ver cómo también hay elementos espirituales muy poderosos que nos enseña este pasaje, que son todavía más abarcadores que estas tácticas por así decirlo que yo he desarrollado con ustedes en esta meditación para mantener la paz en los ambientes cristianos. Que el Señor les bendiga y continuaremos nuestro estudio en una próxima meditación.

Fuente:
Apóstol Roberto Miranda

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