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¿Cuánto puedes manejar?

En la multiplicación de los panes y los peces, Jesús no hizo alboroto ni cuando surgió el problema ni cuando multiplicó.  No hubo escándalo en medio de todo aquello.  Jesús no se desespera.  Ve la dificultad, y sienta a todo el mundo, tranquilo.  No hizo alboroto ni por la necesidad ni por la provisión.  El problema de mucha gente es que hacen alboroto ante ambas.  Ante momentos de dificultad, no permitas que el alboroto llegue a tu cabeza.  Tienes que estar tranquilo, mira la vida fría, con tranquilidad ante el momento de necesidad, de dificultad.  Jesús se sentó en aquel lugar y lo que le daba la confianza para hacer esto es que él sabía lo que tenía que hacer.  Él pregunta a los discípulos cuánto bastaría para alimentar a toda aquella gente, pero él ya sabía lo que iba a hacer.  Él no hace la pregunta para que ellos piensen, sino para demostrarles que ellos tienen la respuesta a esas interrogantes.

En cuanto a las crisis y dificultades, tú tienes que aprender a tener la confianza y la seguridad de que Dios sabe lo que va a hacer.  Algo Dios va a hacer.  Si tú estás viviendo un momento de dificultad económica, recibe paz, tranquilidad; No permitas que tu mente se alborote, se exaspere, que caiga en las emociones de qué vas a hacer o qué va a pasar.  Tú lo que tienes es que estar tranquilo con la confianza de que Dios va a hacer algo.  Si has llegado a este punto en tu vida, Dios va a hacer algo.

Jesús manda a la gente a sentarse, a recostarse.  En otras versiones dice que los dividió de cincuenta en cincuenta.  Si ya se está haciendo tarde en la noche, y ahora tomas una multitud de quince mil personas y los comienzas a dividir de cincuenta en cincuenta, ¿cuánto tiempo tomaría hacerlo?  Había prisa, pero iban a tardar más; Lo que nos lleva a entener algo muy importante: Dios no te da de acuerdo a lo que tú puedes creer, sino de acuerdo a lo que tú puedes manejar.  El problema de muchos no es falta de fe, sino de orden; Poca demostración de manejar mucho.  Estás creyendo, pero la pregunta es: ¿Cuánto puedes manejar?  ¿Cuánto le has demostrado a Dios que puedes manejar?  Y pudieras pensar que no tienes suficiente para manejar, pero es que uno maneja cuando tiene crisis, uno ordena cuando tiene crisis.  Todavía Jesús no tenía los panes y los peces multiplicados para dividir a la gente y organizarlos.  Él no mandó a buscar todos los panes para entonces saber cómo iba a distribuirlos.  Él primero hizo orden, puso orden, los dividió; Y el milagro ocurriría.

El problema de muchos que nunca reciben abundancia en su vida, no es porque no tengan fe, sino porque no saben administrar, ordenar su vida para poder manejar la abundancia.  Y si tú no sabes administrar lo poco que tienes, no puedes pretender que Dios te dé aún más abundancia de la que tú puedes manejar.  No hace falta tanta fe para recibir un gran milagro, pero hace falta una demostración de orden en tu vida, para que Dios pueda multiplicar y traer lo necesario.

Hay gente que sus cuentas están desordenadas, su carro, sus gavetas, su guardarropa, sus papeles, su vida.  Piden a Dios que les dé más, pero sí tú no comienzas a ordenar tu casa, tus cosas, a poner tu vida en orden, no pienses que Dios va a traer mayor abundancia.  En medio de la crisis, de la necesidad, comienza a poner las cosas en orden.  Mientras te mantienes creyendo que Dios sabe lo que va a hacer, comienza a poner orden en tu vida.

A muchos no les gusta esta parte del mensaje porque quieren que se les predique de prosperidad, de dinero milagroso que va a caer del cielo, pero no cae dinero milagroso del cielo a gente desordenada que lo vaya a botar, que no sabe cómo distribuirlo, cómo repartirlo.  Tú tienes que tener un plan no tan solo para recibir sino también para distribuir la abundancia que Dios te ha dado.  El problema era quice mil, pues él los divide de cincuenta en cincuenta y resuelve un grupo primero, después otro y otro, hasta que eventualmente sobró.  Pero, si tú no pones orden en tu vida, no esperes que Dios multiplique absolutamente nada.  Puedes tener toda la fe del mundo de que Dios puede hacer algo grande, pero no se trata de fe, sino de cuánto puedes manejar.

Lo que tú tienes hoy, lo que Dios te ha dado, no está basado en tu fe ni en la disposición de Él de darte, sino en lo que tú has demostrado que puedes manejar.  Mira cómo ordenas tu tiempo, cómo organizas tu vida, tus finanzas, tu mente, cómo manejas todas las cosas.  Hasta que tú no entiendes esto, te complicas la vida porque piensas que lo que necesitas son nuevos recursos.  Dinero nuevo no arregla un sistema roto.  Si no arreglas el sistema, la manera de pensar, todo el dinero que se ponga, se va a perder.  Quieres ser libre de deudas, pero te dan un aumento y vas y te compras un auto de lujo; O sea, te dan un aumento y lo primero que haces es endeudarte más.

Tú vas a tener en tu vida, no tan solo lo que puedas creer, sino lo que puedas manejar.  Comienza a hacer los arreglos en tu casa, en tu hogar, mira tus cuentas de banco, divide el problema que tienes en pequeñas porciones, comienza a ordenar tu vida.  Ese acto, no tan solo era uno de orden, sino de expectativa y de fe.  El orden trae fe y expectativa a la vida.  Mientras los discípulos dividían la gente en grupos y los hacían recostar, seguro le decían a la gente: Tranquilos que ya vamos a resolver, vamos a servir.  Por lo tanto, mientras ellos ordenaban y dividían el problema en pequeñas porciones, estaban creando expectativas dentro de ellos, diciendo: Algo va a pasar, algo va a ocurrir.  Cuando tú comienzas a ordenar tus cuentas de banco, cuando comienzas a poner orden en tu vida, expectativa comienza a levantarse dentro de ti de que algo Dios va a hacer, de que algo va a pasar y de que pronto viene provisión para tu vida.

Fuente:
Pastor Otoniel Font

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