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Cuando no tengas fe, ama

“13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1 Corintios 13:13

¿Qué haces cuando no tienes fe? Ama. Porque el poder más grande que tú tienes no es la fe; el poder más grande que tú tienes es el poder del amor. Cada iglesia tiene su línea; la del reino, la apostólica, y así sucesivamente. Nuestra iglesia es una de fe, de prosperidad, donde creemos por el avance del reino de Dios a través del progreso de cada uno de nosotros. Y todas podemos cometer el error de encerrarnos en nuestro estilo, en nuestra línea de pensamiento, y perder lo que son los verdaderos fundamentos de la fe cristiana. Porque la fe no lo es todo, y la esperanza tampoco; pero el amor sí lo es todo. Dios no es fe, Dios no es esperanza, pero Dios sí es amor. Y, cuando tú no tienes fe, lo único que puedes hacer es amar.

Romanos dice que todas las cosas obran para bien, no para los que creen, sino para los que aman. Así que no es la fe la que te asegura que todo te va bien; lo que te asegura que todo te va bien es que, cuando no tengas fe, te atrevas a amar por encima de todas las cosas. Y, muchas veces, tu amor se basa en la fe que tú tienes de la otra persona, en la esperanza que pones de esa otra persona; tienes fe de que esa persona te va a hacer feliz, de que te va a cumplir la promesa que te hizo en el altar, que con esa persona vas a alcanzar una vida ideal; pero la verdad es que todos sabemos que vamos a sufrir decepciones en la vida, y que esa fe y esa esperanza que pusiste en alguien, en algún momento será decepcionada. Tú tienes que aprender que tu amor no se puede basar en la fe o en la esperanza que tienes de esa persona, sino que tu amor tiene que ser basado en la verdadera decisión de conocer el amor de Dios en tu vida, y poderlo traspasar a todos los que están a tu alrededor. Si tú amas por la fe que alguien te brinda, por la esperanza que te da, algún día tu amor se irá, cuando la fe se decepcione y la esperanza se pierda. Por eso, tú tienes que vivir por encima de todo esto.

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.” 1 Corintios 13:1

Es más fácil hablar en lenguas que amar. Y muchos prefieren hablar en lenguas, que amar. Es más fácil dar tus bienes que amar. Porque amar conlleva un verdadero sacrificio. Para amar, tienes que someter tu carne. Y el problema es que la iglesia ha perdido este principio, sin darnos cuenta que lo más que nos va a traer verdadera transformación es vivir en el poder del amor.

El amor que tú experimentas, por lo general, se basa en la fe, en la esperanza que pones en aquellos a tu alrededor. Una persona se casa con fe, pero más que con fe, tienes que casarte con amor, por amor. Te casas con fe de que todo le va a ir bien, te casas con esperanza. Tú, como padre, quieres lo mejor para tus hijos; que se casen con alguien que haya estudiado, que tenga futuro; pero lo verdaderamente importante es que estén dispuestos a amarles con sacrificio. ¿Por qué tú no tienes motivación para levantarte cada mañana? Porque no amas el trabajo; y Dios no te mandó a amar al trabajo, pero el que ama a alguien, sale a trabajar, a luchar. Trabajas cuando amas a alguien que te hace levantarte todos los días, porque sabes que tienes que cumplir, que cubrir las necesidades.

Dios te ha amado de esa manera. Él se levanta todos los días, y lo ha hecho por ti, desde el principio, a pesar del pecado, del fracaso; envió a su Hijo para que muriera por ti en la cruz del Calvario. Tú eres el afecto de Dios, lo que le hace a Él levantarse todas las mañanas para ver qué Él puede hacer para bendecirte.

Reconoce hoy que, no es que tú hayas sido merecedor de esto, sino que Dios te ha amado, aun conociendo lo que conoce de ti, sabiendo lo que sabe de ti, mira donde te tiene, lo que ha hecho por ti. Todas las mañanas, Él se levanta para ver qué hace por ti para bendecirte.

Y, de la misma manera, tu vida jamás tendrá sentido si no amas a Dios de esa manera, y si no amas a alguien de esa forma. Lo que hace tu vida miserable es que tratas de tener fe y esperanza para entonces amar, sin darte cuenta que lo más poderoso no es ni la fe ni la esperanza, sino el amor.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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