¿Cuál es tu reacción en la vida, cuando ves la muerte cara a cara? Todo el mundo, de una manera u otra, se enfrenta a situaciones donde pueden ver morir algo en sus vidas, ya sea matrimonios, empleos, empresas, relaciones familiares o de amistades. La Biblia dice que Jesucristo sabía que iba a morir, pero, cuando estaba orando en el Getsemaní, sudó gotas de sangre. Esto, porque estaba en el estrés de enfrentarse a su realidad.
Como cristianos, lo que debería ser de bendición y fortaleza, esas promesas de Dios para tu vida, a veces, se convierten en la mayor frustración. A veces, la gente pasa por circunstancias frustrantes que pueden hacerles pensar que no verán las promesas de Dios cumplidas en sus vidas.
Romanos 4:18 dice, de Abraham: El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Este versículo demuestra que, ante sus limitaciones naturales, Abraham no se debilitó en la fe, no dudó por incredulidad, sino que sabía que Dios podía hacer lo que había prometido, aunque, a su avanzada edad, Abraham no estaba supuesto a engendrar. Por el contrario, hay muchos en la iglesia que están conscientes de lo que Dios ha prometido, pero, muy lamentablemente, no están plenamente convencidos de que Dios lo pueda hacer en sus vidas.
Cuando las águilas pierden sus plumas, es un proceso como de muerte. El tiempo de espera que se requiere para obtener las plumas nuevamente puede ser uno frustrante, donde te cuestiones y digas: ¿Tendré nuevamente la victoria? ¿Podré nuevamente volar en las alturas? Pero, cuando el mundo dice que estás en las últimas, nunca es lo último para Dios.
Confía en el Dios Todopoderoso, que cumplirá lo que Él dijo en tu vida.
No permitas que tus circunstancias debiliten tu fe. Cree que Dios va hacer lo que dijo que va hacer, aunque estés enfrentando el peor momento, aunque no veas cómo. El proceso de renovación te lleva al límite de tus habilidades y, cuando ves que no puedes más, es ahí que Dios se glorifica.