Históricamente uno de los más grandes problemas que la humanidad ha tenido que enfrentar han sido los tiempos de sequía, cuando por mucho tiempo deja de llover y todo se comienza a secar y a volverse árido.
Los tiempos de sequía afectan de tal manera que por ese motivo los pueblos se mueven de lugar, las cosechas se pierden, la economía decae y viene la escasez, y hasta algunas civilizaciones desaparecieron por esa causa.
El pueblo de Israel también tuvo que enfrentar tiempos de sequía, como los que nos narra el profeta Jeremías en este texto que hemos leído, podemos ver que la sequía produjo muchas cosas muy duras para el pueblo de Dios: JEREMIAS 14-1-7
Había tristeza en su corazón (vs 2) ya no había alegría en el pueblo, sino luto y tristeza. Desde los más pobres hasta los más ricos de la sociedad estaban enfrentando la escasez de agua por causa de la sequía. (vs 3) No había frutos, no había alimento, porque todo estaba árido, las cosechas se perdieron (vs 4) la tierra se resquebrajo por no recibir nada de lluvia por mucho tiempo. La sequía era tan grande en Israel que hasta los animales más adaptados al desierto y al clima de Israel estaban desesperados por la falta de agua (vs 5)
Pero no solamente eso era todo lo que pasaba en el pueblo a causa de la terribles sequías que los azotaban, la palabra de Dios nos habla de los casos extremos, de lo que eran capaces de hacer las personas en los tiempos de desesperación por la sequía (Lamentaciones 4:9-10) en los tiempos hambruna por las sequías y en los tiempos de hambruna a causa del asedio de los ejércitos enemigos las madres llegaron a cocer a sus propios hijos para alimentar a su familia.
No cabe duda que los tiempos de sequía que afectaban al pueblo de Israel eran terribles, pero ahora TRASLADEMOS LOS TIEMPOS DE SEQUÍA A NUESTRA VIDA, ¿HAS ENFRENTADO TIEMPOS DE SEQUÍA EN TU VIDA?
Seguramente la respuesta es SI, pues todos en algún momento hemos experimentado la sequía, es decir una vida árida, sin frutos, sin alegría, tiempos en los cuales sin importar nuestra condición económica o las cosas que podamos tener en casa nuestro corazón está SECO COMPLETAMENTE.
Muchos de nosotros pasamos por tiempos de sequía en diferentes áreas de nuestra vida: en nuestro matrimonio, en nuestras finanzas, en nuestra relación familiar, en nuestro ánimo, y también en nuestra vida espiritual.
Son momentos en los cuales en nuestra vida al igual que el pueblo de Israel en esos tiempos de escasez, llegamos a hacer cosas que nunca pensamos que llegaríamos a hacerlas, tomamos decisiones que pensamos que nunca llegaríamos a tomarlas, a nivel sentimental, económico, laboral, familiar, que nos llenan de tristeza, de amargura, de dolor y hasta de vergüenza, y de culpabilidad.
PERO PRIMERAMENTE RESPONDAMOS: ¿POR QUÉ ESTAMOS ENFRENTANDO ESTOS TIEMPOS DE SEQUIA? Seguramente puede haber varias causas, pero tenemos que comprender que la principal de todas es que, si hay sequía en nuestra vida, si nuestro corazón esta árido y sin frutos es porque nos hemos alejado de la fuente de agua viva, nos hemos alejado del Señor (Jeremías 2:13)
Quizás últimamente hay una sola pregunta que está en tu mente, por la escasez, por la tristeza, por tu matrimonio, por tu enfriamiento espiritual, y esa pregunta es ¿Qué hago? Y la respuesta es muy simple: ¡VUELVE HOY AL SEÑOR! (2 Crónicas 30:9)
VEAMOS EN LA PALABRA DE DIOS CUAL ES EL MENSAJE DEL SEÑOR EN LOS TIEMPOS DE SEQUÍA
AUN EN LOS TIEMPOS DE SEQUÍA, DIOS ESTA CON NOSOTROS (JEREMÍAS 14:9)
El profeta Jeremías en esos momentos tremendos de la sequía que estaban enfrentando les recordó que Dios estaba con ellos, que Dios no los había dejado.
Y eso lo tenemos que recordar también cada uno de nosotros, Dios siempre está, los que nos apartamos somos nosotros, Dios no nos ha dejado, los que lo hemos dejado somos nosotros.
Es por eso que el reproche que Dios le hace a la iglesia en Éfeso no es que ellos han PERDIDO el primer amor, sino que habían DEJADO su primer amor (Apocalipsis 2:4) pues Dios no está perdido, él siempre está, él nunca nos abandona, los que andamos perdidos somos nosotros, los que lo hemos dejado somos nosotros.
Eso significa que Dios siempre está, solamente tenemos que volver nuestro corazón hacia él, tenemos que volver al Señor, no tenemos que esperar salir de la sequía, tenemos que volver hoy para poder salir.
TENEMOS QUE PONER NUESTRA FE Y TODA NUESTRA CONFIANZA EN DIOS (JEREMÍAS 17:7-8)
De una cosa tenemos que estar seguros: De los tiempos de sequía no saldremos confiando en los hombres, sino poniendo toda nuestra confianza en Dios.
Ya que ese proceso llamado sequía puede ser largo, (vs 8) “El año de la sequía” pues Dios lo permite para trabajar en nuestra vida, tenemos que confiar en Dios, en sus promesas, en su ayuda, en su poder y en su misericordia para con nosotros.
Nuestro Dios ha prometido que si confiamos en el aun en el año de sequía vamos a dar fruto, habrá gozo, habrá paz, habrá esperanza en nuestra vida.
CONCLUSIÓN: Si estás viendo el año de la sequía en tu vida, vuelve al Señor hoy, pon en la tu confianza, la lluvia de Dios ya viene sobre tu vida (Ezequiel 34:26)