Verdaderamente que en estos meses que llevamos viviendo en medio de esta pandemia la enfermedad y la muerte ha tocado la puerta de millones de personas, incluyendo a las familias cristianas. ISAIAS 38-1-5-
En este momento en el cual la enfermedad está tocando la puerta de muchas familias, y está llevando a las personas a estar postradas en una cama en su casa o en el hospital, es muy importante que reconozcamos algunas verdades muy importantes que la palabra de Dios nos enseña especialmente para los tiempos que estamos viviendo.
En esta historia que hemos leído que nos narra el momento en el cual el rey Ezequías enfermó de muerte podemos encontrar esas verdades o enseñanzas que la palabra de Dios nos da cuando la enfermedad toca nuestra puerta.
I) PRIMERA ENSEÑANZA: NADIE ESTÁ EXENTO DE ENFERMARSE (VS 1)
Muchas veces nos puede extrañar que una persona que le sirve al Señor, que trata de ser un buen cristiano, que trata de caminar rectamente en los caminos de Dios se pueda enfermar, como lo hemos visto en estos meses de pandemia, como pastores, líderes, y buenos hermanos de nuestras congregaciones se han enfermado y algunas han muerto.
Quizás te pueda extrañar que Dios haya permitido que tu te enfermaras, si has servido, si has orado por los enfermos, si has trabajado para su Reino, si has compartido con los necesitados, y te sientes triste y deprimido o quizás hasta enojado contra Dios.
Pero podemos ver en el texto que hemos leído que también el rey Ezequías se enfermó gravemente, y era tan grave su enfermedad que la palabra de Dios nos dice que estaba enfermo de muerte.
Veamos primeramente quien era el rey Ezequías (1 Reyes 18:1-6) Ezequías entre todos los reyes del reino de Judá fue considerado el mejor, fue uno de los reformadores del reino de Judá para hacer volver el corazón de su pueblo hacia Dios.
Igualmente podemos ver que grandes profetas de Dios también se enfermaron de muerte (2 Reyes 13.14) El profeta Eliseo fue uno de los más grandes profetas del pueblo de Israel, por medio de él nuestro Dios hizo grandes milagros como la resurrección del hijo de una mujer Sunamita, pero él también enfermó, y murió de esa enfermedad.
La palabra de Dios nos muestra que nadie está exento a las enfermedades, tenemos una naturaleza contaminada por la el pecado y la muerte y las enfermedades son parte de la consecuencia del pecado en nosotros. Y quizás alguien se preguntará ¿entonces cuál es la diferencia si todos nos enfermamos, tanto cristianos como no cristianos? No solamente es una diferencia, es UNA GRAN DIFERENCIA, nuestro Dios es nuestro Sanador (Éxodo 15:26) y aun si llegásemos a morir a causa de una enfermedad nosotros podemos decir con seguridad: Para mi vivir es Cristo y morir es ganancia (Filipenses 1:21)
II) SEGUNDA ENSEÑANZA: TENER EN ORDEN NUESTRA CASA ES MUY IMPORTANTE (ISAÍAS 38:1B)
Uno de los mensajes que nuestro Dios le dio al rey Ezequías fue “ordena tu casa porque morirás” y tenemos que comprender que Dios en ese mensaje NO se refería a poner en orden las cosas dentro de casa, los muebles, ropa, etc.
Ordenar la casa tiene que ver con nuestras relaciones en la familia, con nuestras posesiones materiales, y por sobre todo con nuestra relación con Dios.
Y tenemos que tener bien claro que ese mensaje “Ordena tu casa porque moriras” no es solamente para Ezequías, sino también para cada uno de nosotros, ¡Porque todos vamos a morir un día!
Ordena tu casa, Procuremos la paz y la armonía entre todos nuestros hijos e hijas, pero tomemos eso como una prioridad, ¿para qué vamos a esperar una enfermedad? pues lastimosamente muchos hijos e hijas se vuelvan a reunir y a reconciliar en los pasillos de un hospital, o en un cementerio.
Parece increíble, pero hay hijos e hijas no llegan a cuidar a sus padres enfermos porque tienen pleitos con sus hermanos, y abandonan a sus padres por causa de su orgullo.
Ordena tu casa: Procuremos la salvación de nuestros hijos e hijas y de nuestros nietos, pase lo que pase en nuestra vida que bueno es saber que nuestros hijos son salvos, que nuestra familia tiene sus nombres escritos en el libro de la vida (3 Juan 1.4)
Ordena tu casa: Cuidemos nuestro matrimonio, ya basta de nuestra vida desordenada de adulterios, de infidelidades, reconozcamos que en la enfermedad no son las amantes las que están cuidando a hombres enfermos, sino la compañera que Dios nos dio y que lastimosamente muchos no valoran (Malaquías 2:14)
Ordena tu casa: Es muy importante tener bien definido en manos de quien quedaran las posesiones materiales que Dios nos ha dado, no podemos esperar que otros lo hagan cuando ya no estemos, todos hemos visto casos tristes de familias que tienen que ir hasta los tribunales por un pleito por herencias. (Salmo 49:9-10)
III) TERCERA ENSEÑANZA: LA ORACIÓN ES IMPRESCINDIBLE EN LOS TIEMPOS DE ENFERMEDAD (ISAÍAS 38 2-5)
Ezequías en él mismo momento que recibió el mensaje que le dio el profeta Isaías volvió su rostro para buscar al Señor, él sabía que su trato no era con el mensajero sino con Dios, puso su fe en el poder y la misericordia del Señor.
Podemos reconocer que en los momentos de enfermedad las medicinas son importantes, los tratamientos son importantes, los diagnósticos médicos y los exámenes son importantes, pero LA ORACIÓN ES IMPRESCINDIBLE, al igual que Ezequías tenemos que reconocer que por sobre todo lo humano y terrenal está nuestro Dios, nuestro trato directo tiene que ser con él.
Podemos ver también que Ezequías le agrego algo a su oración que le dio aún más poder que tocó el corazón de nuestro Dios: Una vida de servicio tratando de agradar a Dios y un corazón quebrantado (vs 3)
Nuestras lágrimas riegan delante de Dios las semillas de fe de nuestras oraciones (Salmo 126:5) y tenemos que estar seguros que nuestro Dios no rechaza nunca a un corazón quebrantado y su misericordia y su poder está disponible siempre para aquel que le busca con humildad y lágrimas en la enfermedad (Salmo 52:17)
CONCLUSIÓN: Si la enfermedad ha tocado tu puerta, no caigas en angustia ni desesperación, en la enfermedad hay esperanza en Cristo Jesús (2 Reyes 20:4-6)