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Cuando el carácter se encuentra en peligro!

No se si estaba sorprendido o molesto cuando mi esposa me escribió que el Pastor de nuestra congregación fue obligado a renunciar. Me encontraba de viaje fuera del país cuando me llego esta noticia y no le pude prestar mucha atención pues estaba en medio de la organización de un congreso de COICOM. Mi esposa no me dio muchos detalles. Sin embargo inmediatamente me pregunte cual de las 3 “F” (Finanzas, Faldas, Fama) habrá sido el causante de esta tragedia en una iglesia que aparentemente estaba en auge y crecimiento.

Varios años ya han pasado desde aquel incidente y mientras tanto cientos de pastores y líderes tristemente han pasado por situaciones similares. Recientemente otro Pastor, representante de la iglesia evangélica de los Estados Unidos, después de 21 años de servicio fue victima en dar un “paso en falso” y lo perdió todo. Todos sabemos que el carácter es una de las virtudes más fundamentales del liderazgo. Hemos escuchado y leído cientos de artículos sobre esto. Sin embargo por ser una de las cualidades centrales de todo líder no es demás hablar sobre esto cuantas veces sea necesario. Me hace recuerdo de mi madre que por más que me advertía cien mil veces las cosas yo igual metía las cuatro.

Carácter es una virtud que revela quien tu eres cuando aparentemente nadie te está observando. Estoy seguro que en más de una ocasión has sido tentado, al menos en pensamiento, de hacer algo en privado lo cual no harías en público.

Cada profesión, incluyendo la del Pastor, tiene sus peligros. Quisiera mencionar en este corto espacio por lo menos seis actitudes que todo líder tiene que cuidar: el orgullo, la lujuria, la avaricia, el poder, el desanimo, y la ansiedad. El orden no tiene prioridad aquí pero cualquiera de ellos puede tumbar hasta al más experimentado. Inclusive muchos hemos sido atacados por un cóctel que incluye a varios de ellos. Cada uno posee su mística y su efecto directo y colateral. Cuando se juntan varios crean un nuevo virus con síntomas que atentan contra recibir aquella frase anhelada por todos, “buen siervo fiel”!

ORGULLO es el pecado por el cual el propio Satanás cayó de la gracia de Dios. Muchos no se dan cuenta de esto, pero el orgullo en realidad es solo un manto que encubre inseguridad y celo, el temor a ser desplazado por otro líder de la “Jungla Evangélica”. Competencia siempre lleva al orgullo, en cambio cooperación a la humildad.

LUJURIA es el deseo desenfrenado. La lujuria es parte del tejido enmarañado que alimenta a la cultura y la sociedad postmoderna en que vivimos. Sin duda es uno de los pecados mas silenciosos que ingresan a la oficina pastoral y una vez adentro actúa como “Caballo de Troya”. Pero no pensemos solo en el anhelo por lo prohibido en la Internet, sino mucho más allá en la lujuria que se origina por buenos deseos de superación, que cuando no son puestos bajo el control del Espíritu Santo pierden los frenos cual bus que viene bajando de alguna montaña y se embarranca.

AVARICIA, la suegra de las finanzas, nos ha llevado a pastores y lideres creer que nuestros ministerios se tratan de ganar, acaparar, juntar, amasar, y congregar billetes y no almas. Sin duda cuando la prensa secular escudriña a grandes ministerios la primera falencia que intentan encontrar tiene que ver con las finanzas.

PODER, tuvo un efecto tan poderoso, valga la redundancia, que acabo con la vida de Nabot, Urias y Juan el Bautista, por mencionar algunos nomás. Cuantos abusos de poder ocurren a diario en nuestras iglesias que comparados con estos mencionados quedan pequeños a la par! Necesitamos una voz profética que hable en contra de los abusos de “títulos” que son tan prevalentes en nuestro ámbito eclesiástico. Alguien me menciono por ahí que ya tenemos suficientes profetas y apóstoles y que lo que necesitamos ahora son “Patriarcas” para que ellos sean la nueva cobertura espiritual de los demas. Que absurdo! Lo que en realidad necesitamos son líderes de ‘sendas’ y no ‘sendos’ líderes. Por ello el Servirazgo supera a todo Liderazgo.

Por ultimo hablar del DESANIMO y la ANSIEDAD es como hablar de la enfermedad del cáncer. Una vez infiltrado en nuestro cuerpo da lugar para que lentamente pero sistemáticamente se erosionen nuestros ministerios. El desanimo y la ansiedad son cómplices de crimen que se reúnen sobre el pastor y líder como buitres aprestos para efectuar la faena. Sin lugar a duda el desanimo y la ansiedad han cobrado más víctimas que los otros más notables como la lujuria y el orgullo. Por ello tenemos que realizar un chequeo constante para vacunarnos contra este flagelo.

Ciertamente se ha escrito, predicado y hablado mucho sobre lo expuesto aquí y no es novedad. Sin embargo la repetición y reiteración son necesarias para mantener en memoria y a flor de labios a la verdad. Estoy seguro que tanto usted como yo hemos sucumbido varias veces a estos maleantes espirituales. Algunos nos hemos repuesto nuevamente y otros compañeros y colegas quedaron rezagados.

Sin embargo recuerda que la misión se reinicia en el momento de levantarse nuevamente. Pedro recibió estas palabras de aliento del maestro: “pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (énfasis agregado). En otras palabras tu misión y mandato sigue en pie, la meta no ha cambiado, lo único que ha sucedido es que tu carácter ha sido probado y forjado cual hierro en el fuego.

Apreciado consiervo, estos peligros tienen que ser considerados seriamente para asegurarnos de ser parte de una generación de líderes-siervos con las 3 “P”, que Perduran, Perseveran y Prevalecen. No hay estrategia del enemigo que prevalezca contra nosotros si tratamos estos temas de carácter con humildad, con la verdad, y con la gracia del Señor. Estamos destinados para ganar pues el galardonador vive en nosotros!

Fuente:
Arnold Enns

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