Esta semana veía por la televisión el anuncio de un aparato llamado “Procesador de alimentos” el cual tritura, muele, ablanda, todo tipo de alimentos, en el anuncio mostraban que toda fruta, verdura o carne, que entraba en el procesador era transformado en algo completamente diferente. SALMO 38-7-9-
Es por eso por lo que vamos a tomar la imagen de ese procesador para reflexionar sobre la forma como el Señor trabaja en nuestra vida para transformarnos, para ablandar los corazones duros, para trasformar los corazones llenos de soberbia y de rencor, y para traer a sus caminos a los que se han alejado.
Veamos cómo trabaja el Señor en nuestra vida:
I) PRIMERAMENTE, EL SEÑOR NOS HABLARA POR MEDIO DE SU PALABRA PARA HACERNOS ENTENDER (SALMO 32:8)
- El Señor nunca nos dejara sin su palabra, el Señor siempre nos mostrara el camino, siempre nos enseñara su voluntad para que nosotros reaccionemos y voluntariamente decidamos arrepentirnos y cambiar nuestra manera de actuar, para que decidamos volver a sus caminos.
- Su palabra tiene poder para purificarnos y para transformarnos si nosotros lo permitimos (Jeremías 23:29)
- Pero lastimosamente muchas veces nuestro corazón esta tan endurecido por la soberbia, estamos tan encaprichados en hacer nuestra voluntad que Dios tiene que hacernos pasar por el procesador para transformarnos, para ablandarnos y para acercarnos a él. (Salmo 32:9)
II) CUANDO SOMOS REBELDES Y NO QUEREMOS ACERCARNOS A EL NUESTRO DIOS USA EL PROCESADOR LLAMADO TRIBULACIÓN (2 CRONICAS 15:4)
- A muchos de nosotros el Señor ha tenido que hacer pasar nuestra vida por el procesador de la tribulación, para hacernos comprender que necesitamos de él, para hacernos recordar que somos sus hijos, para hacernos volver a la oración, para hacernos volver a su iglesia, para hacernos volver a los ministerios que habíamos dejado abandonados.
- El procesador de la tribulación transforma a los cristianos fríos, a los cristianos indiferentes, a los cristianos que han dejado su primer amor, en cristianos entregados, en cristianos comprometidos.
- Muchos cristianos que hoy somos pastores y servidores de Dios un día tuvimos que pasar por el procesador de la tribulación para recordar que nuestros Dios nos había llamado para servir en su reino, y ahora cualquiera que haya sido la tribulación por la que pasamos glorificamos al Señor por no habernos desechado, sino que nos procesó en el fuego de la tribulación.
III) CUANDO NOS VOLVEMOS SOBERBIOS Y ALTANEROS EL SEÑOR USA LOS PROCESADORES LLAMADOS ESCASEZ Y ENFERMEDAD
- Lastimosamente muchas personas cuando la prosperidad llega a sus vidas su corazón se llena de soberbia, se vuelven altaneros y sus ojos se vuelven altivos viendo de menos a sus prójimos.
- Como lo dice en muchos textos de la palabra de Dios la soberbia nos engaña, nos hace pensar que no necesitamos de nadie, nos hace creer que no podemos ser humillados, y es por eso por lo que el Señor a muchos los hace pasar por el procesador de la escasez (Levítico 26:19)
- La escasez sirve para quebrantar nuestra soberbia, para bajar nuestros ojos altivos y para que aprendamos a depender de Dios y que reconozcamos que todo en nuestra vida depende de Él.
- Muchas veces el procesador que Dios usa con nuestra soberbia se llama enfermedad, (2 Reyes 5:1/9-14)
- Quizás nos jactábamos de tener el dinero suficiente para comprar las mejores medicinas, para pagar los mejores tratamientos, para pagar a los mejores médicos, pero nada nos ha funcionado, y quizás nuestra enfermedad en lugar de mejorar se ha puesto peor.
- Dios nos hace doblegar nuestro orgullo como Naamán y nos hace reconocer que nuestra sanidad esta primeramente en El y que lo primero que tenemos que hacer es ser humildes para pedirle a el un milagro.
IV) CUANDO NUESTRO CORAZÓN SE LLENA DE RENCOR Y HAY DIVISION EN NUESTRA FAMILIA EL SEÑOR USA EL PROCESADOR LLAMADO DOLOR (GENESIS 35:27-29)
- Cuando murió Isaac ¿Quiénes estaban con el en el momento de su entierro? Jacob y su hermano Esaú. En ese momento los resentimientos por la primogenitura vendida y por la bendición robada quedaron de lado, los unió nuevamente como hermanos el dolor de haber perdido a su padre.
- Es triste, pero es una realidad que en el hospital y en el cementerio se olvidan las divisiones familiares, se olvidan los rencores, las familias se ven unidas por el dolor de la perdida de un ser querido, se unen por el dolor de la enfermedad de un hijo, de un padre o de una madre.
- Es increíble ver imágenes de esposos que hasta ya se han divorciado llorando juntos por la perdida de un hijo, no cabe duda, el dolor nos une, el dolor, nos quebranta, y por eso vale la pena preguntarnos ¿Tenemos que llegar hasta esos momentos de dolor para que nuestra familia se una? Aun nos quedan unos días de este año 2018, hoy es un buen día para perdonar, para visitar, y amar, NO ESPEREMOS MAS.