En ocasiones, cuando Dios activa un texto de la Escritura para aplicarlo en alguna manera a mi vida, yo marco ese texto con algún comentario y una fecha, a fin de recordarlo y usarlo como fuerza orientadora durante los diversos procesos de mi peregrinaje espiritual personal.
Ese recurso ha sido de gran bendición para mi vida, sobre todo cuando he visto el contenido de algunos de esos textos realizarse a lo largo del tiempo, y he podido constatar que no se trataba de una mera impresión emocional, o de una proyección de mi carne.
En cierta ocasión de crisis en mi vida Dios me dio un texto, Salmos 40:1-3, donde dice,
1 Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
Yo había entrado en un tiempo de gran prueba personal que duró meses. La misma palabra, el mismo texto, me llegó de diferentes partes durante ese tiempo.
Yo me agarré de esa palabra. Cada parte de ese texto me decía y me prometía algo que me animaba y me infundía esperanza.
Lo último que declaraba ese texto era: “Puso luego en mi boca cántico nuevo”. Yo sentí que Dios me estaba diciendo, “Cuando hayas pasado por esta prueba, vas a ser un hombre diferente. Tu ministerio va a tener otras cualidades, y yo pondré un nuevo mensaje, una nueva temática, un cántico nuevo, en tu boca, en tu vida y en tu ministerio. Y los que sepan de tu batalla y hayan visto el antes y el después, como dice en el texto, ‘temerán y confiarán en Jehová’.”
Pero, ¿qué dice? «CERCA DE TI ESTA LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU CORAZON,» es decir, la palabra de fe que predicamos: Romanos 10:8
Porque, sabes, cuando tú pasas por la prueba, hay mucha gente mirando a ver si te vas a hundir. Hay muchos esperando a ver si Dios te va a sacar del aprieto, o si vas a sucumbir debajo del peso de la prueba. ¡Y hay aun otros que secretamente desean que te hundas! Tenemos una gran cantidad de testigos siempre alrededor de nosotros. Y Dios nos dice, “No te preocupes. Cuando hayan visto tu proceso, y hayan constatado cómo yo te saqué y te puse en tierra firme, en roca segura, ¡verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”!
Esos textos que cosechamos de nuestra vida devocional nos hablan y nos dan fuerza. Podemos pararnos sobre ellos. Se convierten en nuestro grito de batalla. Cuando yo uso la espada, la uso parado en ese territorio sagrado y profético. Los golpes de espada que tú das cuando estás parado sobre la palabra rhema de Dios son diez mil veces más poderosos que cuando estás meramente batallando apoyado sobre principios espirituales genéricos.
Y en el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, el SEÑOR movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, y éste envió a proclamar de palabra y también por escrito, por todo su reino: 2 Crónicas 36:22