En una masiva concentración de evangélicos aglutinados en la organización “Una Nación, un día” y que tuvo lugar en el Estadio Olímpico pidieron a Dios proclamar una mejor República Dominicana y la construcción de un futuro promisorio.
El presidente y fundador de la organización, Dominic Russo, pidió a Dios para que República Dominicana supere sus grandes retos y se convierta en una sociedad en la que el imperio sea el del amor a la familia, a los hijos, al prójimo, a la nación y al liderazgo limpio.
“Yo declaro que desde este momento habrá transformación medible en esta nación.
Disminuirá la violencia, pobreza va a disminuir; la prostitución va a disminuir, la injusticia va a disminuir y le diremos al mundo: mantengan sus ojos puestos sobre esta nación, porque el mundo verá que esta nación se levanta para transformarse en una nueva y una mejor República Dominicana”, dijo el misionero cristiano.
Sus palabras fueron interrumpidas por una estampida luminosa de fuegos artifi ciales, mientras los miles de cristianos evangélicos concentrados en el Estadio Olímpicos alababan al Señor, en un momento gran emoción.
Otras concentraciones simultáneas se realizaron ayer en 19 estadios a nivel nacional.
Uno de los rasgos que destacaron en la actividad fue el entusiasmo con el que se ondeó en todo momento la Bandera Dominicana.
“Mi amor para su nación, por eso es que hemos venido, mi amor hacia este país es tan arraigado que le pedí a mi familia, tienen que venir a la República Dominicana”, dijo.
Previamente, las iglesias evangélicas le entregaron un reconocimiento, a través de Ezequiel Molina, de la Batalla de la Fe.
En el acto también estuvo el coordinador nacional de la organización, Raffy Paz, quien en un aparte con los periodistas, significó que los problemas de República Dominicana están en camino de ser resueltos a través de la palabra de Dios, por lo que de manera determinada y con la unión de los cristianos, ese cambio será efectivo.
Al confundir su proclama con un grito de alegría colectiva, para dar ejemplo de su amor por República Dominicana, dijo que trajo al país a todos los miembros de su familia, desde su niño de meses de nacido hasta su abuela de 80 años.
En el acto estuvieron presentes también 500 de los 2,500 misioneros que fueron diseminados por todo el país y que trabajan desde el domingo de la semana pasada en obras de bien social.
A su entrada fueron ovacionados.
El amor hacia la República Dominicana fue mencionado en varias ocasiones, como una constante, en la que el pueblo cristiano, junto a cientos de pastores evangélicos, consagraron su decisión de poner en perspectiva al Altísimo.
Néstor Medrano/LISTÍN DIARIO