El área de la Bahía de San Francisco es hogar de los gurús de tecnología más admirados del mundo, capitalistas de riesgo y empresas exitosas que fueron creadas en esa área, tales como Apple y Microsoft hasta Facebook y Netflix. Pero a pesar de la plétora de mentes innovadoras y creativas, Silicon Valley sigue siendo una de las partes menos religiosas del país, con solo el 42 por ciento de los adultos que dicen con absoluta certeza creer en Dios.
En este paramo de fe percibida, una coalición de líderes de fe, negocios y comunidades tecnológicas están haciendo un impacto tremendo a favor de Cristo.
Una organización sin fines de lucro que fue cofinanciada por el CEO de VMWare, Pat Gelsinger, está trabajando para poner en marcha un movimiento de Jesus en el Área de la Bahía que ha resultado en una transformación espiritual y social.
Encabezado por Nancy Ortberg, una ex profesora de la iglesia Willow Creek Community Church y respetada voz cristiana en el liderazgo y espiritualidad, el grupo moviliza iglesias y seguidores de Cristo para hacer la diferencia a través de compasión social y servicio.
“Hace algunos años, los líderes cristianos de negocios y pastores comenzaron a imaginar, ‘¿Cómo sería si pudiéramos empezar a ayudar a catalizar un movimiento evangélico holístico en el Área de la Bahía?’ Y así es como TBC comenzó,” le dijo Ortberg a The Christian Post.
‘El Área de la Bahía es muy rica en recursos y en diversidad, con diferentes personas de todo el mundo que llegan al área para estar involucrados en carreras que han moldeado al mundo,” continuó ella. “La iglesia, entonces, necesita mostrarse en una forma significativa para influenciar a estas personas y sus vidas y decir, ‘hay más en la vida que esto; hay un Creador detrás de todo esto.’”
Fundada en el 2013, TBC es impulsada por una creencia de que la transformación espiritual y social puede pasar solamente cuando las personas aman a Dios con todo su corazón, alma y mente y a su vecino como a ellos mismos, como lo indica Mateo 22:37-40.
Respaldada por personas como Francis Chan, John Ortberg y Chip Ingram, la organización trabaja a través de tres corrientes estratégicas: unificar, amplificar y multiplicar líderes cristianos en el Área de la Bahía para el impacto del Reino.
Ortberg explicó: “Nosotros unificamos al unir pastores principales y líderes de fe de negocios en redes catalíticas; amplificamos al ver las heridas sociales como los sin techo, pobreza, orfanatos y educación y activamos organizaciones de fe sin fines de lucro e iglesias para solucionar estos problemas y para que tengan algún impacto en ellos.”
“Finalmente, multiplicamos al ver todo el ecosistema del Área de la Bahía para plantar iglesias e imaginar cómo podemos acelerar y crear los tipos de iglesias que serán un imán para las personas para el Evangelio.
El movimiento ha hecho incursiones significativas en los últimos cinco años” Ortberg le dijo a CP que, en la actualidad, 500 iglesias a través de 30 locaciones en el Área de la Bahía están involucradas en redes de pastores que comenzaron con TBC.
“Trabajamos en un espacio catalítico para unir iglesias en una forma que acelere lo que han estado haciendo,” compartió ella. “Estos hombres y mujeres con mentalidad del Reino se unen y no solo se animan unos a otros y construyen relaciones, sino que también analizan, ‘¿Que es algo en lo que podamos colaborar todos juntos para impactar a la ciudad, y así las ciudades comiencen a ver el valor de las iglesias en el área?’”
En una región donde casi el 15 por ciento de los niños viven por debajo de la línea de pobreza y otros 7,200 siguen en cuidado de orfanatos, TBC ha unido un sistema de múltiples compañeros, movilizado iglesias para que se unan a organizaciones y aborden cuestiones sociales.
“Vemos cuestiones de orfanato, por ejemplo, no sólo con una nota, sino a todo el alcance de la cuestión, desde embarazo hasta adopción,” explico Ortberg. “A menudo, las iglesias quieren empezar sus propios programas en vez de unirse a los programas que ya trabajan. Así que vemos la forma de cómo pueden colaborar esas iglesias con las organizaciones y traer soluciones sistémicas a un problema tan grande. Nosotros preguntamos, ¿Cómo podemos hacerlo de tal forma que las iglesias no sean vistas como que solucionan solo una parte del problema, sino realmente teniendo en mente todo el alcance?’”
Con la meta de alcanzar un millón de creyentes para Jesucristo en los próximos diez años, TBC también trabaja con pastores locales, sembradores de iglesias y organizaciones de plantación de iglesias “para hablar de qué tipo de iglesias se necesitan en el Área de la Bahía,” dijo Ortberg.
Este aspecto de TBC es muy necesario, sostuvo ella, ya que muchas de las iglesias presentes en el Área de la Bahía viven en existencia aislada, menguando su potencial de impacto colectivo.
“Muchas de las iglesias viven en silos, evitando a todo aquel que no cree exactamente el mismo tipo de doctrina que ellos tienen o que no estén alineados completamente alrededor de su ideología política socioeconómica,” dijo ella. “Parte de lo que nosotros estamos animando a los cristianos a hacer es solo decir, ‘Si Jesus está en el centro, entonces eso es suficiente para plantar nuestro pie y colaborar unidos y tener un impacto exponencial y poderoso.’”
Avivamiento espiritual, dijo ella, puede pasar en los lugares donde menos lo esperas – incluso en una región descrita por el Grupo de Investigación Barna, como ‘post-cristiana” – y los seguidores de Cristo son llamados a buscar el Reino de Dios y su geografía, lo que sea que eso signifique.
“Tu geografía dicta tu llamado,” dijo ella. “Hay una gran necesidad en el Área de la Bahía, y TBC está trabajando para movilizar no solo a los pastores, sino a los creyentes en las artes y el entretenimiento, negocios y gobierno, y sin fines de lucro y a los técnicos para que se unan a sus comunidades locales y hagan el Reino más tangible para las personas en el Área de la Bahía y a su vez, los acerquen más a Cristo.”