“Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita”. 2 Timoteo 3.5
“Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, probados en cuanto a toda buena obra”.
Tito 1.16
Este es un signo distintivo de muchos creyentes hoy en día, conocen los principios de la Palabra de Dios, pero a la hora de actuar niegan la eficacia de los mismos.
Cuando alguien conoce un principio, pero no lo pone por obra, está negando la eficacia de dicho principio, ya que si creyera verdaderamente en ella, lo obedecería.
No niegan que Dios mande actuar de determinada manera, pero a la hora de actuar, lo hacen de forma contraria, porque en el fondo, no creen que vaya a funcionar.
Devocional: saben que esto es primordial para su vida, pero sin embargo comienzan el día haciendo cualquier cosa, menos buscando a Dios.
Diezmo: saben que es la clave para la sobreabundancia, sin embargo honran primero otros compromisos, antes que al Señor.
Trabajo: saben que Dios bendice a la persona diligente pero, sin embargo, a la hora de trabajar, no son esforzados ni cuidadosos en lo que hacen.
Presupuesto: saben que ayuda a que el dinero rinda más, sin embargo, no lo hacen, y malgastan los recursos en cosas que no son importantes.
Generosidad: saben que la persona generosa es prosperada por Dios pero, sin embargo, son mezquinos a la hora de tener que dar.
La verdadera demostración de que alguien cree que el Evangelio funciona es no negando su eficacia a la hora de vivir cada día y actuando en consecuencia.
Si queremos ser sal y luz en este mundo, tendremos que mostrarle al mismo cómo Dios enseña y manda que debemos vivir, haciéndolo de esa forma.
No dejes de rodearte de personas que sean creyentes en la teoría y en la práctica, ya que el apóstol recomienda evitar a los que se conducen de otra forma.
Yo bendigo tu vida para que en este tiempo puedas ser un creyente tanto en la teoría como en la práctica, y de esta forma Dios pueda bendecirte y vos ser de bendición.