Me imagino que en parte pudo haber sido fácil creer en Jesús en los tiempos en que él anduvo acá en la tierra. Digo esto porque a nosotros se nos hace muy fácil creer cuando vemos cosas, cuando nuestra fe va respaldada por los hechos que estamos viendo.
Por un momento adentrémonos en la historia de Jesús y lo que la gente acostumbraba a ver al seguirlo:
Jesús caminando y enseñando, hablando cosas tan ciertas y hermosas a la vez, cada palabra que de su boca salía era una verdad irrefutable, aun cuando los maestros de la ley no estuviesen de acuerdo con la forma de predicar o las verdades que decía al hacerlo, no significaba que podían refutar lo que él decía.
Las palabras que Jesús enseñaba era una maravilla, pero también Jesús hacia sanidades y milagros, de pronto ver que alguien que estaba enfermo era sanado era algo maravilloso, y más aun cuando Jesús hacia un milagro, era algo espectacular.
Me imagino que la gente que vivía el día a día con Jesús se sorprendía de cada cosa que hablaba o hacia, era algo maravilloso que les toco experimentar a cada uno de ellos, ver como un cojo caminaba, ver como un ciego miraba, ver como un manco volvía a tener su brazo y mano completa, ver como alguien que estaba muerto volvía a la vida, ver como alguien con una enfermedad larga sanaba, ver como un ciego de nacimiento podía ver por primera vez, cada cosa era una razón más para creer en Él.
Las palabras que decía eran tan llenas de sabiduría que hacía que el corazón humano no se resistiera a Él. Ver como tenia poder sobre el mar o los vientos era increíble, cada cosa de Él lo era, no tendría por qué haber duda que era el Hijo de Dios, Dios mismo habitando entre nosotros en forma de hombre.
Y es que no me van a dejar mentir que cuando nosotros vemos las obras de Dios, sus milagros, sus sanidades o la forma como Él obra en nuestra vida o en la vida de las personas, no nos queda otra que creer en su poder, creer en lo que Él es capaz de hacer.
Pero, ¿Qué pasa cuando nos encontramos en una situación en donde el panorama está totalmente en contra de nosotros?, ¿Tenemos allí la misma capacidad de creer en lo que Dios puede hacer?, ¿Somos capaces de confiar con totalidad en que Dios obrara?, ó ¿Se nos es muy difícil creer que Dios obrara o que Él nos ayudara?
Seamos honestos: a nosotros se nos es fácil creer cuando vemos el poder de Dios actuando, pero cuando llegan esos tiempos de silencio de Dios, en donde por más que oremos no encontramos respuesta, esos tiempos en donde pareciera que Dios además de guardar silencio también ha desaparecido, en esos momentos, seamos sinceros que NOS CUESTA CREER QUE ALGO BUENO PUEDE PASAR.
Yo sé que todos hemos pasado por momentos como esos, momentos en los cuales por alguna razón Dios calla y no responde, en donde quisiéramos que Dios obrara exactamente como lo tenemos planeado, pero Dios no lo hace.
En esos momentos en donde el panorama pinta exactamente contrario a como quisiéramos, es donde vale la pena sacar a relucir la fe que decimos tener en Él.
En lo personal me impacta un pasaje de la Biblia en donde puedo notar más allá de los errores del personaje, la fe que tiene en Jesús a pesar que Jesús en ese momento está muriendo.
Cuando estaban crucificando a Jesús dice Biblia: “Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda” Marcos 15:27 (Reina-Valera 1960).
Es obvio que estos dos ladrones no habían sido personas muy queridas y que sus vidas habían estado marcadas por el mal accionar. Ellos estaban cosechando lo que habían sembrado, su mal vivir había provocado que llegaran a ser crucificados.
Pero me llama la atención lo que cada uno de ellos piensa acerca de Jesús. Ellos siendo malos estaban compartiendo lecho de muerte con alguien que era bueno, no tenia culpa, nunca había hecho nada malo como para merecer la muerte en una cruz, sin embargo uno de los ladrones viendo su estado y el de Jesús que era exactamente el mismo, ya que los dos estaban crucificados en una cruz independientemente del porque de su juicio, se atreve a decir: “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” Lucas 23:39 (Reina-Valera 1960).
Su frase denotaba total incredulidad, ya que decía: “Si tú eres el Cristo”, como diciendo: “¡Demuestra si es cierto!”. A veces actuamos exactamente de la misma manera, ¿Me equivoco?, no creo, actuamos exactamente igual a ese ladrón, viendo nuestro mal estado tendemos a exigirle a Dios que demuestre que lo es.
¿Cuántas veces le hemos dicho a Dios: “Si tu eres Dios has esto o esto otro”?, o cuantas veces sin decir hemos pensado de esta manera: “Dios tú tienes el poder para hacer esto, demuéstrame que eres capaz de hacerlo”.
¿Sabes?, a veces Dios no tiene porque demostrar nada, él no necesita ir por todas partes haciendo todo lo que quieras que haga para que creas que es Dios o que tiene el poder para hacerlo, a veces pienso que tratamos de chantajear a Dios, “poniendo en juicio” su poder o su capacidad para actuar, como que si el hecho que lo pongamos en juicio hará que el obre más o lo haga más rápido o de la forma que nosotros lo queremos.
Dios tiene sus tiempos, sus formas, sus objetivos y propósitos, Él no necesita demostrarte lo que ES, porque siempre FUE, siempre HA SIDO y siempre SERÁ.
Por otra parte quiero resaltar la respuesta el otro ladrón: “Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” Lucas 23:40-42 (Reina-Valera 1960).
Me llama mucho la atención la clase de FE de este otro ladrón, pudo haber sido ladrón toda su vida, pero en su lecho de muerte Dios le dio la oportunidad de conocer el perdón de Dios.
Posiblemente toda su vida la paso muy mal, porque un ladrón independientemente de lo que diga o piense, no es feliz, no puede ser feliz haciendo lo que hace, pero Dios tenía un plan, un propósito, que aun en su lecho de muerte este hombre y el otro iban a tener la oportunidad de arrepentirse de sus hechos y reconocerlo como único Salvador.
La frase que este ladrón expresa esta tan llena de FE y SEGURIDAD que nos da una cátedra completa de lo que realmente es CREER aun cuando NO VES. Este hombre le dice: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. Es fácil creer cuando vemos a Dios actuar, pero este hombre estaba viendo a Dios “morir” y aun en el estado que Jesús se encontraba y en la posición que estaba CREYÓ EN ÉL.
Este ladro pudo haber sido malo toda su vida, pero en sus últimos minutos tuvo la FE que cualquiera de nosotros quizá no hubiera tenido, porque estar presenciando la muerte de alguien y a pesar de estar viendo que muere creer en Él como Salvador era algo que solo la VERDADERA FE puede hacer.
Para muchos de nosotros ver morir a Jesús hubiera sido motivo para dejar de creer en Él, porque, ¿Cómo es posible que el Hijo de Dios este muriendo?, ¿Cómo es posible que lo maten de esa forma después del poder que le vimos usar?, ¿Cómo es posible que todo se acabe de esta forma?, como muchos en ese tiempo, quizá nosotros también nos hubiéramos defraudado. Pero este hombre ladrón, a pesar de ver morir a Jesús, creyó en Él con tanta firmeza que lo considero REY, al decirle: “…cuando vengas en tu reino”, Jesús que conoce los corazones de cada uno, sabía que lo que ese hombre expresaba era real en su vida, es decir, lo estaba diciendo con sinceridad de corazón, por lo que respondió: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” Lucas 23:43 (Reina-Valera 1960).
Eso es lo que a nosotros nos falta: CREER CUANDO TODO ESTA COMPLICADO, porque el resultado de creer con sinceridad de corazón hará que Dios tome en cuenta nuestra FE.
Querido amigo o amiga, quizá estas enfrente del peor panorama posible en tu vida, quizá te encuentre a un paso del fracaso total, quizá la duda ha querido matar la poca fe que te queda, pero aun en medio de cualquier circunstancia y frente a cualquier panorama, NO DEJES DE CREER.
Confía en lo que Dios puede hacer a pesar de no ver el resultado en este momento, deposita tu confían en Él con sinceridad de corazón, porque Dios actuara a tu favor, Dios no te dejara solo, de hecho no estás solo, Dios ha de hacer cumplir su propósito en tu vida e independientemente del resultado que obtengas de todo esto, cree firmemente que Dios tiene un plan perfecto que se ha de cumplir en tu vida.
Puedes estar crucificado por todos los problemas que tengas, pero recuerda que a tu lado esta Jesús junto contigo, ¿Qué le dirás?, ¿Trataras de chantajearlo para que obre?, ó a pesar de no ver lo que quisieras ver ¿Creerás en Él?, créeme que si a pesar de todo el panorama contrario que tienes sigues creyendo, Dios ha de premiar tu FE, porque si algo Dios premia es la FE de los que le creen.
¡Cree en Él, porque Él actuará!
“Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor” Salmos 37: 5 (Traducción en lenguaje actual)