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Construyendo Amistades Sólidas. Jesús como el Amigo Perfecto en una Era Superficial

Pasé gran parte de mi infancia y adolescencia jugando baloncesto. Aprendí que trabajar en equipo es crucial, no solo en los partidos sino también en cada entrenamiento. Cuando en su desempeño alguien olvidaba jugar en equipo, se le decía: «Si querías jugar solo, te hubieras anotado en tenis».

Lo que experimentamos en la vida se parece a esto. Nacemos en una comunidad y necesitamos aprender a relacionarnos con los demás, porque fuimos creados a imagen de un Dios trino que es relacional. Vivir en comunidad no es una opción, sino una necesidad que el pecado ha vuelto un desafío: saber cultivar relaciones saludables es importante, pero nos cuesta lidiar con las inevitables heridas, desilusiones y problemas que conllevan.

Es aquí donde el libro Amigos: Relaciones profundas en una era superficial (B&H Español, 2024), de Juan Moncayo, tiene mucho para decir. Moncayo —quien es pastor, consejero bíblico y profesor de seminario— responde a preguntas generales sobre por qué necesitamos relacionarnos y para qué existen las relaciones, cómo restaurar una relación, cómo ser un mejor amigo, cómo lidiar con la soledad, entre otras.

En los capítulos 1 al 4, el autor presenta las bases y el propósito bíblico de la amistad y analiza algunos desafíos actuales (p. ej., la tecnología, las secuelas del COVID-19, etc).

El Dios trino es relacional, incluso desde antes de la creación. Aunque Dios afirmó que todo lo creado era «bueno en gran manera» (Gn 1:31), también declaró que no es bueno que el hombre esté solo (Gn 2:18). Fuimos creados para representar a Dios como seres relacionales y la amistad forma parte de este propósito. Sin embargo, el pecado no solo arruinó nuestra relación con Dios, sino también con el resto de la humanidad.

En los capítulos 5 al 7, el autor nos anima a disfrutar de la obra de Dios a nuestro favor y para eso es crucial entender primero cómo las amistades pueden pasar de ser una experiencia hermosa a un problema serio. Luego nos presenta las implicaciones de que Cristo el Rey decidiera transformar a Sus enemigos en amigos al dar Su vida por ellos. Por eso el autor afirma que «Jesús nos llama a una amistad con Él y satisface los anhelos más profundos de nuestro corazón» (p. 199).

Lo anterior introduce la parte práctica del libro (caps. 8-10).

Primero, nos da un vistazo de los diferentes perfiles en la amistad y cómo lidiar con ellos. Por ejemplo, existe la «amistad frustrada», en la que los amigos chocan por sus deseos opuestos o la «amistad revuelta», por sus expectativas irreales e hipersensibilidad.

Segundo, podemos ver cómo Cristo se relaciona de diferentes maneras con las personas: las multitudes, los setenta, los doce y su círculo más cercano. Nosotros también tenemos diferentes niveles de relaciones y debemos comprender sus diferencias.

Tercero y último, el autor se centra en dos pasajes bíblicos cruciales para este tema (cap. 11-15). Moncayo analiza las características de la amistad que Jesús cultivó o promovió en Sus discípulos en Juan 15 (p. ej. obediencia, transparencia, persistencia, prudencia, presencia, consistencia, providencia y gracia). Luego nos anima a aplicar las características del amor cristiano en la amistad, según 1 Corintios 13.

Una ayuda para construir amistades sólidas
Jesús dijo al finalizar Su Sermón del monte que escuchar y obedecer a Su enseñanza es como construir una casa sobre la roca (Mt 7:24). Debemos estar fundamentados en la enseñanza bíblica para construir amistades sólidas. Pienso que este libro puede ayudarte en ese proceso por tres razones:

Primero, por su base teológica y su interpretación de la Escritura. Abordar el tema de la amistad puede tentarnos a hablar según las experiencias propias. Sin embargo, este libro establece las bases bíblicas sobre el diseño de Dios para la amistad en un mundo caído, pero con los beneficios que la redención en Cristo aplica a las relaciones. Incluso en los capítulos más «prácticos», el autor busca que sea la Escritura la que nos marque el rumbo y se preocupa por demostrar que su interpretación no nace de un capricho o de ideas propias.

Segundo, por su practicidad y cercanía. Durante la lectura te identificarás con los ejemplos de experiencias cotidianas, las cuales introducen o complementan muy bien las lecciones de este libro. Además, el fundamento bíblico es útil no solo para las amistades, sino también para las relaciones a nivel familiar, laboral y ministerial. Si lees este recurso de forma consciente, identificarás de mejor manera cómo se manifiestan el orgullo, los celos y otros pecados en tu corazón. Las aplicaciones específicas sobre la amistad serán útiles para personas de todas las edades. Incluso encontrarás aplicaciones para los líderes de la iglesia.

Y tercero, por su interacción con otros libros, pues esta obra resume, explica y agrega información útil a una amplia bibliografía que seguramente servirá a quien desee profundizar más en el tema de la amistad.

Jesús, el amigo perfecto
Si prestas atención a la lectura, te será fácil encontrar el hilo conductor que le da coherencia a todo el libro: cómo Jesús es el amigo perfecto que nos enseña a desarrollar amistades profundas en una era superficial. No podemos hablar de la amistad conforme a la voluntad de Dios o intentar ser buenos amigos, si no acudimos al mejor amigo.

Al avanzar en la lectura, recordarás el pecado de otros y probablemente te veas tentado a reflexionar en el proceder de aquellos que no han sido buenos amigos. No obstante, te animo a resistir estos pensamientos y meditar en cómo las verdades sobre la amistad dejan al descubierto tu llamado a ser un amigo como Jesús (Jn 15:13-15). Recuerda que estuvimos enemistados con el Rey, pero Él decidió transformar a Sus enemigos en amigos al dar Su vida por ellos, llevó la ira de Dios por el pecado y nos otorga una vida eterna junto a Él.

Esta vida eterna es una vida abundante, la cual nos permite cultivar amistades sanas. Si solo ves tus circunstancias o tu corazón, no hay esperanza de tener amistades sanas, pero si miras a Jesús, Su Palabra y Su Espíritu, tendrás lo necesario para disfrutar de los efectos de Su redención en esta área de tu vida.

 

Fuente:
TOMÁS BONGIORNO

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