El miedo es un factor que paraliza a muchos a la hora de emprender. Todos, en algún momento, enfrentamos miedo, pero ¿cómo debemos trabajarlo?
El miedo es una emoción, producto de algo interno o externo. Así que lo primero que tienes que ver es de dónde viene; Si por inseguridades, por creencias, por pensamientos internos, o si es externo porque tú estás seguro, pero alguien empieza a ponerte duda. Cualquiera sea el caso, el punto es que hay temores que los emprendedores tienen que sobrepasar, que conquistar.
Uno de ellos es el miedo al fracaso, miedo a que no salga bien. Entiende que el éxito no es acumulación de logros solamente, sino también de caídas; Es una acumulación de aciertos y fracasos; Todo esto es parte del logro final. Michael Jordan fue contratado para hacer un anuncio donde lo querían poner a hablar acerca de todos sus aciertos, pero él lo cambió y habló acerca de todas las veces que le pasaron la bola del último tiro y no acertó, habló acerca de las veces que falló, y concluyó diciendo: Por eso, tengo éxito. Fracasar es parte del éxito. Así que el miedo al fracaso lo sobrellevas entendiendo que es parte del camino.
Otro, es el miedo al día después del fracaso. ¿Cómo te levantas? ¿Qué vas a sentir? ¿Qué vas a decir? En algún momento has dicho que si te pasa tal cosa te mueres, pero te pasó y estás ahí. El día después de la caída, del fracaso, de una quiebra, todo comienza otra vez. Jamás pensamos que la iglesia iba a ser destruida como lo fue, pero resultó que ha sido una gran bendición; Es más trabajo, pero ha sido una gran bendición. Hay veces que pasan ciertas cosas y pensamos que todo va a acabar, pero luego nos damos cuenta que el mundo y la vida siguen, que hay que continuar, que tenemos que levantarnos. Pasó en el famoso Y2K, donde se pensaba que los sistemas de computadora iban todos a colapsar, pero no pasó y todo el mundo realizó que teníamos que seguir viviendo. Aún la iglesia ha sido propulsora de esto en ocasiones, diciendo que el mundo se va a acabar, y esto hace que la gente se enfoque en prepararse para un día, en vez de prepararse para después de ese día.
El miedo es una falsa expectativa que aparenta ser real. Muchas veces tenemos miedo, y no nos damos cuenta que son totalmente falsos. Tú tienes miedos auto-impuestos, miedos que otros te han inculcado, y miedos que no sabes de dónde salieron, pero que viven dentro de ti.
Otro miedo que la gente tiene es el miedo a fallarle a alguien más, ya sea a un socio, al cónyuge, a los hijos. Pero en realidad, este pudiera ser tu más grande motivación; Porque cuando tú sabes que no puedes fallarle a otro, te impulsas más que cuando es a ti mismo.
Otro es el miedo a lo desconocido, el no saber qué va a pasar. Cuando vas a emprender, puedes conocer un poco, pero en el camino vas a conocer el resto. Es mejor hecho que perfecto. O sea, muchas veces, decimos que hasta que no sepamos perfectamente todos los detalles de algo, no vamos a comenzar, pero es mejor empezar y en el camino perfeccionar. Te vas a dar cuenta que perfecto, solamente Dios. Pablo decía que no pretendía haberlo alcanzado, pero luchaba, salía a correr la carrera. Sabía que el perfecto era Dios, pero él iba en pos de la perfección. Eso aplica a la vida; No tenemos un matrimonio perfecto, pero lo perfeccionamos cada día; Y en las empresas, lo mismo. No temas lo desconocido. La tecnología va a cambiarte lo que tú piensas; Lo que es hoy tu idea, mañana va a ser totalmente diferente.
¿Cómo vencemos este miedo en particular? Hay un libro que se llama Pensar en grande, la magia del éxito, parafraseado: La magia de pensar en grande. El segundo capítulo de este libro se llama: La acción cura el miedo. ¿Cómo tú vences el miedo a lo desconocido? Con acción. Un día tienes que hacer algo por primera vez, y lo vas a hacer con miedo. No es que no vayas a sentir miedo, sino que lo vas a conquistar. La acción cura el miedo. Es mejor hecho que perfecto.
Otro miedo es a incomodarte, a salir de tu zona de conforte. Para emprender, tienes que salir de tu cama. Pero la comodidad va más allá; Implica también aquello a lo que estás acostumbrado, a tus rutinas, a tu entorno, a la gente que te rodea, a ese círculo del que no te atreves salir porque en él te sientes cómodo. Pero entiende que o te incomodas tú, o la economía y el mundo te van a incomodar. Incomódate tú. Un buen inicio es comenzar diariamente a hacer pequeñas cosas que sean diferentes. Siéntate en una plaza pública y habla con alguien que no conozcas, y ya rompiste ese miedo, saliste de la zona de confort. Empieza a vencer pequeños miedo. Grandes conquistas se logran con pequeñas conquistas, de la misma manera que grandes miedos se logran con pequeños miedos.
De los más grandes miedos de un emprendedor, es el no conseguir clientes. Los clientes son sinónimo de soluciones provistas. Si aprendes los elementos de emprender, tú no buscas clientes; El cliente te busca. Para emprender, tú tienes que primero identificar una necesidad; Luego, asegúrate de tener una solución, y busca diferenciarte. Hay otros elementos, como la publicidad, por ejemplo, pero cuando el cliente entiende que tú tienes lo que él necesita, él te busca a ti. Así que, el miedo a no tener clientes, lo puedes sobrepasar, siendo diligente en escucharlos y servirles, suplirles. Mantente constantemente escuchando a aquellos a quienes tú sirves, y te vas a llenar de clientes.
Siempre va a haber un forcejeo mental entre los temores impuestos o auto-impuestos y lo que tú sabes y fortaleces. La pregunta es a quién tú fortaleces más, si tu seguridad, tu servicio, tu valor, o el comentario de terceros. Tú tienes que entender que el miedo nunca desaparece; Lo que aprendes es a conquistarlo.