El reverendo Adolfo Mateo, presidente del Consejo Nacional de Confraternidades de Pastores Evangélicos (CONACOPE), expresó que el gobierno debe apoyarse más en las iglesias para ampliar y hacer más efectiva la distribución de las raciones alimenticias que se están distribuyendo para las familias que se han quedado en su casa para evitar el contagio con el coronavirus.
Expresó que hasta ahora la limitada participación que han tenido las iglesias evangélicas en la distribución de raciones alimenticias ha sido una muestra de la eficiencia, puntualidad y rapidez con que esta ayuda puede llegar a las familias más necesitadas, y argumentó que esto es posible porque las iglesias son una efectiva red de solidaridad humana y de amor.
Indicó que los pastores y líderes de iglesias están a la espera del llamado del gobierno para trabajar con una mayor cantidad de raciones alimenticias de las que han recibido hasta ahora.
Destacó que las pocas raciones que se le han confiado a CONACOPE para la distribución, no solo han sido una oportunidad para suplir la necesidad alimenticia de los hogares, sino que también han sido oportunidad para llevar esperanza.
“Pastores de todas las demarcaciones del país, observando las medidas y cuidados de rigor, se ha apersonado a los hogares más necesitados y han entregado estas raciones alimenticias, pero también han vivido la satisfacción de ser acogidos con satisfacción, gozo y gratitud”.
Dijo que en tiempo normales no es tan apreciable el apoyo que ofrecen las iglesias evangélicas. “Normalmente se tiende a desconocer la importancia social, humana y espiritual que aportan las iglesias, es en momentos como estos que se puede valorar de manera más evidente lo que significa el soporte espiritual y de esperanza que se ofrece desde las iglesias evangélicas, lo que, sin dudas, contribuye con el bien y la paz social de una parte considerable de la población”.
“Nuestro grupo de whatsapp “CONACOPE emergencia 2020” ha documentado con gráficas y testimonios el trabajo de los pastores y sus iglesias en la distribución de las raciones alimenticias, por eso les estamos solicitando al gobierno que amplíe estos servicios a través de nosotros y otras organizaciones evangélicas que están haciendo un trabajo similar”.
Agregó que: “No se puede desconocer que las iglesias evangélicas son comunidades de fe que tienen un fluido intercambio y contactos de solidaridad humana, por lo que se constituyen en canales efectivos para la mitigación de las necesidades, además del dolor y la angustia que surgen en momentos como el que estamos viviendo”.
“La solidaridad de las iglesias evangélicas no solo se expresa momentos de gravedad como el que estamos viviendo. La solidaridad, espontánea y permanente de las iglesias está presente en momentos en que toda marcha normal”
Afirmó que, “incluso, el apoyo que da el gobierno se multiplica por que es costumbre de los hermanos más aventajados económicamente compartir sus recursos con los que menos tienen. La sola presencia del pastor en la puerta de una vivienda es una forma de impartir aliento y fortaleza en estos momentos”.
Enfatizó que es oportuno reconocer que las iglesias evangélicas son redes apoyo a favor de los sectores más deprimidos de nuestras comunidades. “Las iglesias evangélicas son unas inmensas reservas de hombres y mujeres que, a partir de su fe, estarían dispuestos a sacrificar parte de los que son y los que tienen para favorecer el bienestar de los más necesitados”.
Sostuvo que el gobierno debe aprovechar para estas tareas la rica experiencia en el trabajo en los barrios y sectores pobres del país que tienen las iglesias en lo que no solo predican el evangelio de Jesucristo, sino que también y levantan con su mensaje y ejemplo la autoestima de los más deprimidos. “Esta es una de las formas solidarias que acreditan a nuestras iglesias evangélicas como espacios importantes en la lucha para que las personas alcancen niveles de vida más decentes y dignos”.
