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Como reaccionamos en los momentos de presión?

Mucha gente sirve a Dios usando patrones de liderazgo y de mando que no son convenientes al liderazgo que Cristo ejemplifica.

Vemos a Jesús que Él se hace siervo, como hizo con la toalla y la palangana de agua mostrándole a los discípulos que en el Reino de Dios no es como en el mundo, donde los que tienen poder como el rey de Siria se enseñorean de los que están bajo su mando sino que sirven como humildad, con sencillez de corazón, no opresivamente y esto es lo que verdaderamente los hace similares al Hijo de Dios que sirvó a los demás y lavó los pies simbólicamente de aquéllos que Él servía.

Ahora pasamos a otro momento en este interesantísimo relato cuando el rey de Israel dice, que leyó las cartas que le enviaba el rey de Siria, rasgó sus vestidos y dijo: «¿Soy yo Dios que mate y de vida para que éste» refiriéndose al rey de Siria «envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora y ved cómo busca ocasión contra mí.»

Dice aquí que cuando Eliseo, el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos envió a decir al rey de Israel: «¿Por qué has rasgado tus vestidos? venga a mí y sabrá que hay profeta en Israel.»

Aquí se establece un contraste interesante entre como dos segmentos casi de personas, dos como entidades dentro del Reino de Dios. Por una parte las personas que no conocen el poder de Dios, el poder sobrenatural de Dios y las personas que saben cómo tener acceso al poder que está encerrado en el Reino de Dios.

El rey de Israel es un hombre mediocre en su fe, no conoce los misterios, no conoce la vida sobrenatural. Es un rey impuro y tibio en las cosas de la fe mientras que Eliseo es un hombre que conoce del poder de Dios y tiene experiencia en el uso de la unción y del mover espiritual del Espíritu Santo. Y se me ocurre que hay aquí como un contraste entre estos dos sectores de la Iglesia de Jesucristo y de la autoridad de la Iglesia.

Por una parte están aquéllos creyentes como el rey de Israel que no han tenido una verdadera experiencia con Dios y que por lo tanto, cuando vienen las pruebas, vienen las dificultades, vienen los momentos de presión en su vida reaccionan con pánico y como en este caso se rasgan sus vestidos. ¿Por qué se rasga sus vestidos el rey de Israel? porque hay en él desesperación.

 

Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestidos, y dijo: «¿Acaso soy yo Dios, para dar muerte y para dar vida, para que éste me mande a decir que cure a un hombre de su lepra? Consideren ahora esto y vean cómo busca pleito conmigo.» Al oír Eliseo, el hombre de Dios, que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió aviso al rey diciéndole: «¿Por qué ha rasgado sus vestidos? Que venga él a mí ahora, y sabrá que hay profeta en Israel.» 2 Reyes 5:7 

 

Rasgar los vestidos en esos tiempos era como una forma de mostrar luto y tristeza, y desesperación; era una forma como de admitir que una tragedia grande se ha dado y que no tiene solución. El rey de Israel entiende que, lo que está pasando aquí es que el rey de Siria está buscando una excusa para venir e invadir y hacerle la guerra.

Fíjese qué interesante que cuando uno no conoce el poder de Dios y el mover de Dios muchas veces uno interpreta las presiones que vienen a la vida, las dificultades como un indicio del abandono de Dios y una ocasión para deprimirse, cuando en realidad tenemos que ver muchas veces esos tiempos de gran presión en nuestras vidas como oportunidades, como: ok ¿cómo va Dios a sacarme de este aprieto? ¿qué va a hacer Dios para mostrar Su Poder a mi favor? ¿cómo va Él a abrir el Mar Rojo delante de mí y permitir que yo pase en seco?

Cuando uno tiene un conocimiento del verdadero poder de Dios muchas veces las ocasiones de prueba son ocasiones como de regocijo profético casi de uno decir: wow, aquí hay una oportunidad de que Dios manifieste Su Poder y cuando yo salga de esta prueba, yo voy a testificar del Dios Todopoderoso que me sacó de mi congoja, me sacó de mi dificultad, me sacó del hoyo como dice el salmista ¿no?

El salmista David se encontró muchas veces en el hoyo perseguido por sus enemigos, en situaciones difíciles y un pasaje que a mí me encanta es en el Salmo, creo que es en Salmo 40 que dice: «Pacientemente esperé a Jehová y se inclinó a mí, y escuchó mi clamor, y me hizo sacar del hoyo de la desesperación, del pozo cenagoso. Puso mis pies sobre peña, enderezó mis pasos y puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos y temerán, y confiarán en Jehová.»

Es decir: muchas veces cuando vienen las situaciones de prueba si verdaderamente conocemos del poder de Dios vamos a ver que Dios está preparando algo. En vez de desesperarnos vamos a enardecernos, vamos a levantarnos, vamos a montar la guerra contra nuestro opresor y clamar a Dios, y confiar en que Dios nos va a sacar de alguna manera.

Si no conocemos el poder de Dios, si vivimos una vida mediocre meramente religiosa, no estudiamos la Palabra del Señor, no ponemos a prueba los sistemas del Reino de Dios, cuando vienen las pruebas nos desplomamos, nos desesperamos, nos deprimimos, volteamos la espalda al diablo. Pero los que conocen el poder de Dios lo ven como una oportunidad de que Dios manifieste Su gran Poder como hace en este caso Eliseo que sí conoce al Dios Todopoderoso, el Dios de los milagros, el Dios de las proezas.

Y le dice al rey de Israel: ¿por qué te desesperas, por qué te tiras al piso y rasgas los vestidos, y te echas cenizas sobre la cabeza? no es para tanto. Que venga a mí y yo le voy a mostrar a ese rey que hay un Dios Todopoderoso. Wow ¡qué diferencia! yo quiero ser definitivamente como Eliseo. Le pido al Señor que cada día me entre más y más en Su intimidad para que yo sea capaz de resistir los tiempos de prueba, de dificultad, de espera y no desesperame sino decir: yo sé que mi redentor vive, que yo lo voy a ver y que tarde o temprano se va a glorificar en esta prueba y esta dificultad.

Qué diferencia ¿no? hay toda una Iglesia pobre, débil, desprovista de poder de Dios. Gente religiosa, gente piadosa pero que no conoce del Dios que abre el Mar Rojo y que destruye al ejército de Egipto a nuestro favor. El Dios que hace milagros y prodigios, el Dios que es el Mismo hoy, ayer y por los siglos.

Hay tanta gente religiosa que, como dice la Biblia ¿no? hablan las palabras del Evangelio pero no conocen del poder de Dios. Queremos ser de ese segmento del pueblo de Dios que conoce cómo entrar en guerra y cómo ganar acceso al Trono de Dios, y cómo presentar nuestra causa delante del Señor y clamar a Él hasta que veamos el mar abrirse delante de nosotros.

En este tiempo de la historia se necesita una Iglesia poderosa, una Iglesia que pueda ofrecerle solución inclusive a las autoridades seculares que no saben cómo lidiar con los problemas sociales y económicos que están confrontando, y la Iglesia de Jesucristo, la Iglesia de poder y de autoridad está siendo llamada a ofrecerle una alternativa positiva a las autoridades y los gobiernos acerca de los problemas que están afectándolos como en este caso hace el profeta Eliseo.

Quiera Dios levantarse una Iglesia poderosa y nosotros queremos ser parte de ese pueblo de Dios que tiene experiencias sobrenaturales y que sabe qué hacer cuando viene el tiempo de la prueba. Que el Señor les bendiga y hasta nuestra próxima meditación.

Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá.» Mateo 17:17

 

Fuente:
Apóstol Roberto Miranda

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