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¿Cómo puedo estar seguro que he sido perdonado?

¿Puede Dios realmente perdonarnos? ¿Por qué no siempre se siente así?

La culpa no es un sentimiento que simplemente podemos sacarlo de encima. Muchas personas se convierten a Dios en la necesidad de alcanzar un sentimiento de perdón por sus errores.

En muchos casos las personas realmente no sienten una aflicción por los errores que han cometido. Solamente quieren calmar su conciencia. Sin embargo, hay personas que desesperadamente desean recibir perdón de pecados y tienen un sincero dolor por sus malas acciones. Estos realmente están interesados en saber cómo pueden ser perdonados, y cómo pueden estar seguros en su corazón que en realidad están perdonados, y que todo está en orden entre ellos, Dios y sus prójimos.

La postura de Dios frente al perdón se manifiesta claramente en Isaías 1,18: «… Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.» ¡Qué oferta más increíble – Dios anhela perdonarte! 

¿Cómo pedimos perdón a Dios?

Hay condiciones para recibir perdón. En primer lugar, Dios debe saber que también estamos dispuestos a perdonar a quienes nos han hecho mal. Sin este sentir Dios no nos «librará». Esto se confirma en Mateo 6, 14-15 «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.»

Juan explica el siguiente paso en 1 Juan 1,9: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» Debemos llamar al pecado por su nombre y confesarlo a Dios, de modo que quede claro lo que quiero que Dios me perdone: Dios sabe todas las cosas, así que esta confesión es más para nosotros mismos que para Dios, pero Él quiere saber que veamos las cosas igual que Él. Confesar el pecado incluye también pedir a otras personas perdón si fuese necesario.

Para recibir el perdón de Dios debemos tener el anhelo de nunca más volver a pecar. Debemos llorar por nuestros pecados – es un dolor por el hecho de haber actuado en contra de la voluntad de Dios. Entonces Dios ve que no es otro caso donde sólo queremos calmar nuestra conciencia porque sentimos culpa. Si le pedimos perdón a Dios de una manera superficial no seremos tomados con seriedad ni recibiremos perdón, pero cuando Dios ve que de todo corazón queremos apartarnos del pecado, con mucho gusto perdona incluso los pecados más horribles.

El «dolor» o «tristeza» bíblicos de hecho es algo muy positivo. En 2 Corintios 7,10 podemos leer. «Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse…» Esto significa que cuando realmente nos arrepentimos de nuestro pecado, esto nos lleva a correr en la dirección opuesta, lejos de nuestro pecado y la culpa hacia una vida de libertad y paz.

Pero, ¿es suficiente el arrepentimiento?
Podemos pensar: «He sentido arrepentimiento, y he pedido a Dios que me perdone, pero ya no lo siento más, incluso no sé si alguna vez fui realmente perdonado.» Puede haber algunas razones para esto, pero ¿qué dice la Biblia al respecto? Debemos proteger nuestro corazón de todos aquellos pensamientos que nos quieren robar lo que está escrito en la palabra de Dios con respecto a su perdón. Satanás mismo está detrás de esto. Sabemos que su único objetivo es hurtar, matar y destruir (Juan 10,10), y él es un maestro en sembrar duda. Pero la Biblia dice que él es mentiroso, y padre de mentira, por lo tanto nunca tenemos que creer lo que dice.

Por otro lado, sabemos que Dios es fiel a sus promesas y leyes, y que no puede mentir. Por lo tanto, si cumplimos con las condiciones, y fuimos sinceros al momento de pedir perdón a Dios, entonces Él nos escucha y nos perdona. Mantén firme lo que está escrito en 2 Corintios 5,17: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» Quizás no siempre sentimos que hemos sido perdonados, pero no estamos destinados a vivir de acuerdo a nuestros sentimientos. ¡Al contrario, tenemos que confiar en la palabra de Dios!

Debemos creer que hemos sido perdonados y que Él ha echado en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

Esto significa que, independiente de cómo están nuestros sentimientos, debemos creer que hemos sido perdonados y que Él ha echado en lo profundo del mar todos nuestros pecados, como está escrito en Miqueas 7,19.

¡Victoria sobre el pecado!
Podemos recibir perdón porque Jesús murió por nosotros. Si cumplimos con las condiciones no tenemos que morir como merecemos. Pero esto no termina aquí. Dios no anhela solamente perdonarnos, Él tiene un plan para asegurarse de que el pecado que ha causado tanto dolor nunca más vuelva a tener poder sobre nosotros. Para que esto ocurra debemos hacer todo lo necesario para acercarnos a Jesús. Él no murió solamente para que pudiéramos recibir perdón por nuestros pecados, sino que también vivió una vida de victoria sobre el pecado, algo que nos permite a nosotros hacer lo mismo. Debemos renunciar a todo lo que nos quiere llevar a hacer nuevamente las cosas por las cuales recibimos perdón. Nuestro mayor deseo tiene que ser ahora escuchar su voz dentro de nuestro corazón, la que nos conducirá a una vida con un sentir completamente nuevo y paz.

No permitas que Satanás te agobie con sentimientos de culpa. Levántate hoy mismo, recibe parte en el perdón y comienza a vivir una vida completamente nueva. Una vida de completa victoria sobre el pecado.

Fuente:
Allister Cousins

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