
MATEO 7:7-8 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Estos textos que hemos leído son una garantía de Dios para cada uno de nosotros, de hecho son UNA TRIPLE GARANTÍA: el que pide recibirá, el que busca encontrará, y el que llama se le abrirá.
Pero sinceramente en la vida de muchos de nosotros PARECERÍA QUE ESTA GARANTÍA NO ESTÁ FUNCIONANDO, parecería que esta garantía es para otros menos para nosotros, parecería que Dios no está cumpliendo lo que ha dicho en su palabra, PERO DEFINITIVAMENTE NO ES ASÍ.
Tenemos que comprender entonces que EL PROBLEMA NO ES LA GARANTÍA, EL PROBLEMA NO ES DE LA PALABRA DE DIOS, sino de nosotros, POR LOS ERRORES QUE ESTAMOS COMETIENDO, y por eso la palabra no está dando frutos de bendición a nuestra vida.
Es por eso que este día vamos a reflexionar en TRES ERRORES QUE DEBEMOS EVITAR para que esa bendita garantía de nuestro Dios se haga realidad en nuestra vida.
VEAMOS EN LA PALABRA DE DIOS CUÁLES SON ESOS TRES ERRORES QUE DEBEMOS EVITAR EN NUESTRA VIDA CRISTIANA:
I) PRIMER ERROR QUE DEBEMOS EVITAR: SEGUIRLE PIDIENDO A QUIEN NO QUIERE O NO PUEDE AYUDARNOS
(JEREMÍAS 17:5) Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
La garantía de Dios dice: EL QUE PIDE RECIBE, pero tenemos que pedirle a la persona correcta, no a la persona equivocada, y la persona correcta SIEMPRE ES NUESTRO DIOS.
Muchos de nosotros decimos estar confiando en Dios, pero EN LA REALIDAD ESTAMOS CONFIANDO MÁS EN LA AYUDA DEL HOMBRE, y nos olvidamos de Dios, andamos por la vida pidiendo siempre la ayuda del hombre y cuando nadie nos ayuda nos sentimos frustrados y nos enojamos contra Dios (Proverbios 19:3) La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón.
TENEMOS QUE TOMAR UNA DECISIÓN VALIENTE: Dejar ya de una vez por todas de confiar en las personas como si fueran dioses.
Muchas veces hacemos de los hombres nuestros ídolos a quien le pedimos con más fe que a nuestro Dios, y se nos olvidan que a pesar del poder, del dinero, de la influencia que los hombres puedan tener, SIGUEN SIENDO SOLAMENTE HOMBRES.
Isaías 31:1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!
Isaías 31:3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerá a una.
Es por eso que nuestro Dios hoy nos recuerda algo muy importante que nos se nos debe olvidar: (Isaías 44:6) Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
II) SEGUNDO ERROR QUE DEBEMOS EVITAR: SEGUIR BUSCANDO DONDE NO HAY
(LUCAS 24:2-5) Y hallaron removida la piedra del sepulcro; 3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?.
Lastimosamente muchos cristianos hoy en día hacen exactamente lo mismo que las mujeres que fueron a buscar a Jesús al sepulcro: Están buscando entre los muertos al que vive, es decir, ESTÁN BUSCANDO EN EL MUNDO LO QUE SOLAMENTE NUESTRO DIOS NOS PUEDE DAR.
Estamos buscando sanidad confiando solamente en los médicos y en la medicina y nos hemos olvidado de buscar a Dios (2 Crónicas 16:12-13) En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos. 13 Y durmió Asa con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado.
Tenemos que comprender que DIOS PUEDE USAR MÉDICOS COMO MEDIOS DE BENDICIÓN, pero el error es confiar en ellos más que en nuestro Dios, pues solamente él tiene la última palabra en nuestra vida.
Estamos buscando descanso, tranquilidad, y paz para nuestra vida en la diversión, en las salidas con los amigos, en los paseos y se nos ha olvidado lo principal: BUSCAR AL SEÑOR (Mateo 11:28) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Estamos buscando la prosperidad para nuestra vida y para nuestra familia solamente en el trabajo, en el negocio y hemos dejado de hacer lo principal: BUSCAR A DIOS
(Hageo 2:8) Mí es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.
(Mateo 6:33) Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Tenemos que aceptar el llamado que desde la antigüedad el Señor nos hace a cada uno de nosotros por medio de sus profetas (Amós 5:4) Buscadme y viviréis.
III) TERCER ERROR QUE DEBEMOS EVITAR: SEGUIR LLAMANDO A LA PUERTA INCORRECTA
(JUAN 10:9) Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Quizás en tu desesperación has estado llamando a muchas puertas, pero lastimosamente son PUERTAS EQUIVOCADAS, porque son puertas que no se abren o son puertas que nos han traído dolor, angustia, culpabilidad, menosprecio, etc.
Quizás has tocado la puerta de empresarios, de amigos, de parientes, de pastores, de médicos, de autoridades y te sientes frustrado de que nada cambia en tu vida, es PORQUE NOS HAS TOCADO LA PUERTA CORRECTA, PUES LA PUERTA CORRECTA ES JESÚS
El tiene una promesa para cada uno de nosotros: LA PUERTA DEL SEÑOR SIEMPRE ESTÁ ABIERTA PARA NOSOTROS (Juan 6:37) Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
CONCLUSIÓN: Hermanos, la garantía de Dios no falla; lo que falla muchas veces es nuestra manera de pedir, de buscar y de llamar. Si dejamos de confiar en el hombre, si dejamos de buscar en lugares equivocados, y si tocamos la puerta correcta que es Cristo, entonces experimentamos en nuestra vida la fidelidad de la promesa del Señor: “El que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”