«Había un hombre llamado Job que vivía en la tierra de Uz. Era un hombre intachable, de absoluta integridad, que tenía temor de Dios y se mantenía apartado del mal.» Job 1:1 (NTV)
¡Qué cualidades las que la Palabra menciona de Job! Y podemos ver que la base de todas ellas es el Temor de Dios. Estas cualidades fueron reconocidas por Dios (v.8). ¡Qué tremendo!
¿Hemos reflexionado sobre cómo nos ve Dios? A veces vivimos tan preocupados por agradar a las personas, nos afecta tanto lo que puedan pensar o decir de nosotros, que perdemos de vista lo más importante: ¿qué dice Dios? ¿No debe ser esto lo más importante? Si agradamos a Dios, terminaremos agradando a aquellos que están alineados con Él. Debemos tener cuidado con el concepto que tenemos de nosotros mismos, no debe ser inferior ni superior al que Dios tiene, así que vayamos delante de Él y preguntémosle qué cualidades tenemos y cuáles son nuestras debilidades, qué cosas nos atan, qué cosas no nos dejan avanzar para que con Su gracia trabajemos en ellas y podamos alcanzar Su estatura y reflejar Su imagen, así que pidamos liberación, limpieza y restauración para pasar a nuevos niveles en Él. Recordemos que es en Su presencia que somos transformados para reflejar Su imagen y esto conlleva tiempo y procesos, pero ¡vale la pena!
Oración
Padre Amado, sé que mi valor está en Ti, no en lo que hago ni en lo que tengo, no en lo que otros dicen. Me presento ante Ti, reconociendo que tengo debilidades e imperfecciones, rogando que me muestres mi condición para poder trabajar en ellas con la ayuda de Tu Espíritu Santo, pues deseo agradarte a Ti antes que a los hombres, en el Nombre de Jesús. ¡Amén!