Juan 11:1, 3 y 4: 1 “Estaba entonces enfermó uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2 enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: he aquí el que amas está enfermo. 4 Y oyéndole Jesús dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”.
Que cuadro el que nos presenta la palabra de Dios en esta parte de las Escrituras, aquí se estaba gestando uno de los dramas más sublimes de las Escrituras. Este es un cuadro lleno de amor y misericordia. Jesús ya sabía todo lo que estaba pasando, él lo sabe todo, sabía que Lázaro estaba enfermo y que iba a morir. Él ocupo este evento para dar un gran ejemplo de lo que él podía hacer, para que todos supieran que el era el hijo de Dios, el Mesías esperado. Que él tenía todo el poder para vencer la muerte física, porque el vino para dar vida y vida en abundancia, para sacarnos de muerte a vida, (aquí hablamos de muerte espiritual). Y aquí él demuestra su gran misericordia, su amor y su poder.
¿Qué haría usted si le dicen que un amigo querido está enfermo?
Triste, muerta en vida, muerto Lo más lógico es que usted sale inmediatamente a verlo para ayudarle o consolarlo. Pero nos surge la pregunta si Cristo es todo amor, ¿Por qué no fue inmediatamente a ver a Lázaro cuando le avisaron? Lázaro era amado por Jesucristo, lo vemos en el versículo tres, cuando le dicen las hermanas: “He aquí el que amas está enfermo”. Esta interrogante vamos a aclararla, pues es necesario que sepamos el mensaje profundo de esta enseñanza que nos da Dios en su palabra, para poder entender los tiempos y las razones de Dios para hacer las cosas.
¿Que familia era esta que le avisa a Jesús que uno de sus miembros estaba enfermo?
Esta era una familia bien conocida de Jesucristo porque la Biblia dice que les amaba vv. 6 “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro”.
Y nos surge otra pregunta, ¿Por qué los amaba?
Lo vemos en Lucas 7:37 “Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lagrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y le besaba los pies, y los ungía con perfume”
Que cuadro mas bello es este que nos presenta Dios, aquí vemos lo que él quiere de nosotros, él lo demanda, que le amemos, que le sirvamos, que lo exaltemos, que le digamos Abba Padre, aquí estoy a tus pies para servirle, para adorarte, para que seas mi señor todos los días de mi vida, que te siga y te sea fiel, para que tu seas mi Señor, y en respuesta él nos va a amar, no importa si fuimos pecadores, como lo vemos en este pasaje de la Biblia donde dice que María era una pecadora, el Señor nos ama, no importa si somos pecadores, pero el aborrece el pecado, él quiere que le sigamos, que creamos en él y que dejemos de pecar mas.
Ahora nos hacemos la pregunta: ¿Por qué el Señor no fue inmediatamente a ver a Lázaro y le sanó?
El sabe como responder cada petición, él sabe sus tiempos, algo que nosotros no podemos entender, él tiene sus propios designios, está en su perfecta potestad para concedernos lo que nosotros le pedimos. Y además de eso, él sabe si nos conviene que nos conceda lo que le pedimos, suponga que usted le pide un carro solo por lujo, talvez solo porque lo quiere tener y él sabe que usted va a ir a chocar, el no se lo dará, o suponga que usted le pida por la salud de una madre enferma que ya no conviene que viva porque será peor después para ella, el no lo concederá.
Jesús tenía todo el poder para sanar y todavía más para dar vida. Lo que aquí dejamos por sentado es que el Señor los amaba a los tres, como también nos ama a todos los que estamos en esta iglesia en este momento, y nos podría conceder todo lo que le pedimos pero él sabe porqué no nos responde.
¿Por qué esperó Jesús para ir a ver a Lázaro?
Jesús se esperó dos días para llegar donde Lázaro porque tenía un propósito muy especial en este caso, será que Dios tiene un propósito muy especial en su caso también. O será que hay algo en su vida que no está bien, algo en que usted está fallando, o será que no le ha aceptado de verdad como su suficiente salvador personal. Nosotros tenemos la respuesta si estamos fallando en algo, para que él nos conteste pronto. ¿Será su fe?, Marta tenía una gran fe, pues le dice a Jesús:
“Mas también sé ahora que todo lo pidas a Dios, Dios te lo dará.” V.22.
Ahora es tiempo de saber cuánta es nuestra fe..
Si Jesús amaba a Lázaro ¿por qué lo dejó morir?
Los propósitos de Dios son diferentes a los nuestro, Jesús tenia en sus manos el sanarlo o hacer lo que hizo, dejarlo morir para poder resucítalo y que todos supieran quien era él, para que los judíos y los fariseos entendiera que el era el Mesías esperado. Para ser glorificado con este milagro. A pesar que esto sucedió hace mucho tiempo, el propósito de Dios es que esto estuviera escrito para nosotros también sepamos lo que el puede hacer en nuestras vida, lo único que el quiere que aceptemos a su hijo Jesucristo, creyendo en nuestros corazones y lo confesemos con nuestra boca y lo sigamos y lo amemos con todas nuestras fuerzas, con todo.
Porque el mismo dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi, aunque esté muerto, vivirá y todo aquel que vive y cree en mi, no morirá eternamente v. 24 y 25.
Jesús ya había tenido contacto con la familia de Lázaro por medio de su hermana, los conocía muy bien, pues se hermana Maria, le había ungido los pies con perfume cuando el Señor estaba en la casa de Simón el fariseo. Así también nos conoce a nosotros que le hemos creído, pero el espera algo mas de nosotros para que nos conceda todo lo que le pedimos, y esto es que estemos a cuentas con él los que ya hemos aceptado a su hijo, a nuestro Señor Jesucristo y dejemos de hacer lo malo. Y usted amigo que nos visita por primera vez tome la decisión de seguir a Cristo y acéptelo como su único y suficiente salvador para que usted empiece a vivir en la plenitud de Cristo y él le concederá lo que usted le pida. Jesús le dice:
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi, aunque esté muerto vivirá. Acéptelo haga a Cristo su Señor y vivirá eternamente. Amen